domingo, 27 de noviembre de 2016

VISITA A PARMA


https://youtu.be/ez08500tVOU

Han pasado ya dos meses desde el regreso del viaje por la Emilia Romagna. Esta es la última etapa de ese recorrido en la memoria que las fotografías y vídeos conservados tratan de conservar, alargando el tiempo para trabajar con las imágenes de un viaje antes de que su recuerdo se diluya en la actividad del día a día.

La fiereza del color en los viñedos y bosques otoñales es ahora la constante vivencia de la belleza,  cada día nueva y libre, sin horarios de apertura o cierre, venta de entradas anticipada, ni colas de espera. (OTOÑO EN LA RIOJA: https://www.youtube.com/watch?v=WtNof10tmJU )

Dos meses atras la arquitectura, la pintura en mosaicos, frescos y lienzos, la escultura, el urbanismo, Giogio Bassani y sus personajes, la Historia, nos llevaron hasta Italia. Como al regreso de todos los viajes queda la información recopilada, imágenes, el recuerdo de tantas emociones, nuevas recetas que incorporar al menú familiar... En este caso, vuelvo también con un idioma que decidí comenzar a estudiar cuando en la fase de preparación del viaje, los textos ofrecidos por las webs de turismo me trasladaron a mi infancia en la que oía hablar esa lengua y en casa recibíamos regularmente El Corriere dei Piccoli que intentábamos leer, sin conseguirlo, con la misma soltura que Pulgarcito o Tio Vivo.

En este contacto con las oficinas de turismo, el personal de Modena se mostró especialmente atento, con un trato personal exquisito. Fueron generosos, expléndidos en la información impresa enviada, los trabajadores de las oficinas de Ravena y Parma, frente a la imposibilidad de enviar folletos y planos, alegada por otras oficinas, dada la alta demanda.

Parma nos envió dos planos en los que seguir dos recorridos turísticos propuestos a un lado y otro del río para visitar Museos, Pinacotecas, Iglesia y Palacios.

De entre tanta oferta visitamos especialmente interesados el Pallazzo della Pillota, el cual fue construido como un palacio para el servicio del Palacio ducal de los Farnese situado en la otra orilla del río, en el Parque Ducal, unidos ambos por el Puente Verdi. El Palacio della Pillota contiene actualmente la Biblioteca Palatina, el Museo Arquológico, la Galería Nacional y lo que para mí es su principal atractivo: el Teatro Farnese, construido totalmente en madera, con la única intención de festejar la estancia en Parma de Cosme II de Medicis. Como éste no  realizó su viaje, fue inaugurado en 1628 para celebrar la boda de Margarita de Medici y el duque Odoardo Farnesio. Utilizado después en una sola ocasión en 1732, sufrió el deterioro del tiempo y la guerra hasta su restauración, permitiendo que en la actualidad se realicen conciertos y representaciones, además de que los visitantes podamos disfrutar del olor de la madera, la belleza de su arquitectura e iluminación y, desde el escenario, olvidando por un momento la vanidad de su construcción, como tantas veces sentimos frente al legado del tiempo, disfrutar de la belleza y la emoción del arte por el arte.

                                                         

Teatro Farnese.
Teatro Farnese.




Teatro Farnese.
La esclava turca. Galería Nacional de Parma Parmigianino.
                                                                                                               
Satisfesfechas nuestras espectativas nos dirigimos a lo que en Parma será, junto con la visita al Baptisterio, el principal motivo de nuestra visita, la obra pictórica de Correggio. Comenzamos  por la Camera di San Paolo  donde se visitan parte de las estancias de Giovanna da Piacenza, abadesa del convento benedictino que en el siglo XVI encargó los frescos de dicha Camera a Corregio después de que Alessandro Araldi hubiese decorado otra estancia. Cargados de sensualidad, hacen pensar en el  temperamento de una mujer que mantuvo una gran batalla con las autoridades civiles y religiosas empeñadas en reducir el poder político de los conventos y su intensa vida intelectual y social.

Convento di San Paolo






Detalle de los segmentos.
                     
Cúpula de la Camera di san Paolo. Corregio.


Fresco de Alesssandro Araldi en las habitaciones de la abadesa.
                                   
                                        
El Duomo de Parma, bellísimo edificio de arquitectura románica, contiene una de las obras maestras de la pintura al fresco del Renacimiento: la Cúpula de la Asunción de la Virgen, pintada por Correggio, cuyas inovaciones fueron totalmente incomprendidas en su época llegando a calificarla como "un embrollo de patas de rana". 

Disfruto especialmente de la visita a  esta catedral después de haber visto, en este mismo viaje, las iglesias paleocristianas de Ravenna. Pasados los siglos, los avances arquitectónicos y los cambios en las técnicas pictóricas, encuentro aquí, en la disposición de la iconografía que representa el camino de los fieles, la vida de Cristo y el Antiguo Testamento a lo largo de un imponente trabajo que recorre toda la nave central, el recuerdo de San Apolinar Nuevo. (RAVENNA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD: https://www.youtube.com/watch?v=p4Yzi2A0MXU )

Al visitar y recordar esta catedral siento que el trabajo plasmado representa el triunfo del hombre, del artista y del hombre en sí, en toda su desnudez, en movimiento y con total naturalismo, no solo en la cúpula, sino especialmente en las bóvedas de la nave central y los brazos laterales. Vuelvo a recordar la sensualidad de los angelotes en la Cámara de San Paolo.
                             
Boceto de Corregio para la Cúpula de la Asunción.
Detalle de la cúpula, nave central y crucero.
                                        
Junto al Duomo se halla la joya del arte en Parma: el Baptisterio. Hemos esperado a verlo al inicio del atardecer para poder disfrutar del tono rosado del marmol exterior y de la luz cálida que inunda el interior. Venecia, Roma, Florencia... estarán atestadas de turistas. Nosotros somos, en ese momento, los únicos visitantes  que disfrutan del color y las imágenes que cubren absolutamente el interior de esta construcción. Nuevamente aparece el recuerdo de los Baptisterios contemplados en Ravenna. Soy consciente cuando miro a través del visor de la cámara de que no estoy captando el tono de la luz. Cuando al regreso del viaje compruebe qué pobre, incompleto, ha sido mi reportaje del baptisterio, falto de los movimientos de cámara adecuados que reflejen esa realidad, decidiré no alterar el color conseguido, no imitar una realidad ante cuya belleza mi dominio de la técnica fotográfica se rinde humildemente.

Cúpula del Baptisterio de Parma. Fragmento







A la salida nos sentamos en la escalinata de acceso, dejando que nuestra mirada se relaje en la serenidad luminosa de la Plaza. Se acerca un grupo de turistas españoles mayores, algo mayores que nosotros, acompañados de su guía italiana. Ella les comenta que no puede pasar con ellos a visitar el Duomo pues deberían pagar por una visita que es gratuita. Les recuerda que el esquema que encontrarán es el mismo que el que acaban de ver en la cercana iglesia de san Juan Evangelista. Se despide. Los viajeros se dispersan, unos hacen idea de entrar, otros deciden tomarse un café. Ya se wasapearán al terminar. Siento ganas de animar a todos a entrar en el Duomo, impedir que se vayan de esta ciudad sin ver esa maravilla. Me callo. No quiero, con mi entrometimiento charlatán, romper el estado de éxtasis alcanzado en el interior del Baptisterio. ¿Lo habrán visitado?

Nosotros seguimos el orden inverso y visitamos a continuación la iglesia de San Juan donde los frescos de Correggio siguen un friso a lo largo de la nave central. Un trabajo exquisito y elegante ante el que  no hago ninguna foto, abrumada por tanta belleza religiosa, como tampoco las haré en Santa María Steccata, otra joya construida en un elegante estilo Bramante con frescos de Parmigianino, ni en la iglesia de la Anunziata, al otro lado del río - Oltretorrente -  pese a su planta oval, sus diez capillas radiales y su revestimiento interior carente de frescos, relajante color marfil para el descanso de la vista, ni en santa María del Quartiere, también en Oltretorrente, con su planta exagonal, ni en el Parque Ducal donde nos sentamos a tomar una cerveza y a contemplar el otoño que se anuncia en las hojas de los árboles.

Recuerdo que fue en Florencia donde Stendhal, el autor de La Cartuja de Parma, sintió aquel desvanecimiento ante la apabullante belleza. En mi caso es el final del viaje, la sensación de que  no puedo llevarme más de todo lo que ya está guardado en la tarjeta de memoria.

En algún momento me he acercado a la Oficina de Turismo queriendo conocer calles que puedan ser interesantes, al margen de los monumentos publicitados. La empleada me dice que lo interesante está en torno a las iglesias, que las calles, más allá de ese centro histórico, son comerciales, sin interés.  Hay un sentimiento humilde, también percibido en Modena, respecto a lo propio, que me hace querer más estas ciudades pequeñas.

La visita a Parma no sería completa si en la cena no aprovechásemos para saborear los embutidos, el queso parmegiano y los mejores helados de todo el viaje: las especialidades de la heladería Hemilia Cremeria. La temperatura es magnífica y muchos italianos cenan en las terrazas en un jueves lavorable. Voces relajadas, gusto por el disfrute... ¡Definitivamente estudiaré italiano! Más allá, la extensa explanada frente al Palacio della Pillota, se convierte en el punto de encuentro de otros muchos ciudadanos venidos de Iberoamérica, Africa Subsahariana, el Magreb... que traen sus cenas y en familia disfrutan de la misma noche que todos compartimos. Y yo no fotografío esta belleza.

Hemos dejado para el último día la visita al Monasterio de San Giovani Evangelista donde entre otras cosas se encuentran los frescos de Correggio de la sala capitular. Pese a que acudimos en el horario correcto, repetidas veces verificado, lo encontramos cerrado. Entramos a la vecina iglesia de San Juan donde una monja nos cuenta que se están haciendo unos ejercicios espirituales. Llama a la sacristía para facilitarnos la entrada. No nos abren. Visitamos la anexa farmacia, antigua tienda de especias abierta en el 1201. Comentamos nuestro interés en ver el monasterio a la monja que controla la entrada. Nos responde que hay ejercicios espirituales y antes de despedirnos, preocupada porque este contratiempo enturbie nuestro viaje a Parma nos pregunta: "¿Pero no han visto ustedes el Baptisterio?". Llamamos nuevamente al timbre del monasterio. Sale el sacristán que se dispone a irse en su bicicleta. Le comentamos nuestro interés. Nos dice que hay ejercicios espirituales pero: "¿No han visto ustedes el Baptisterio?".

Yo ya he empezado a estudiar italiano.

Turismo en Parma:

http://turismo.comune.parma.it/it
http://www.parmaitalia.es/index.php

Catedral y Baptisterio de Parma:
http://www.piazzaduomoparma.com/parma-e-provincia/percorsi-nel-romanico/il-romanico-in-citta/il-romanico-a-parma/la-piazza-grande/
https://es.wikipedia.org/wiki/Baptisterio_de_Parma
http://matemolivares.blogia.com/2013/112602-baptisterio-de-parma-joya-matematica-medieval..php

Cúpula de la Asunción de Corregio:
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Asunci%C3%B3n_de_la_Virgen_(Correggio)
http://arte.laguia2000.com/pintura/la-asuncion-de-la-virgen-corregio

Giovanna da Piacenza, abadesa:
http://www.clammmag.com/giovanna-da-piacenza-badessa-e-signora-parte-iii/


                      

domingo, 16 de octubre de 2016

LA FERRARA DE GIORGIO BASSANI

https://www.youtube.com/watch?v=R-xpJCnB1Io

Si en algún momento piensas viajar a Ferrara, tal vez esta nueva entrada en el Blog pueda ayudarte a conocer esta ciudad. Si acaso no pudieses realizar ese viaje físico, te invito a conocerla a través de la obra de Giogio Bassani.

Recuerdo la primera vez que leí El Jardín de los Finzi-Contini, agosto de 1973. No recuerdo cómo tuve noticia de ese libro, no fue un boca a boca entre compañeras de clase, ni la lectura de una reseña en alguna revista interesante, que yo entonces no compraba todavía. Tampoco creo haberla leído en relación con la película en la que que Vittorio de Sica adaptó la novela, pues recuerdo haberla visto diez años después. Quizá su autor, Giorgio Bassani, y su obra formasen parte del ambicioso temario de literatura de sexto de bachiller y la vehemencia con que mi profesor transmitía su amor a la literatura me animase a leerlo.

Recuerdo que lo tomé prestado de la Biblioteca Pública. Encuadernado en tela azul. Lo leía sentada en un banco, bajo unos chopos hasta los que llegaba la humedad del río mientras iba atardeciendo. Después, como el narrador de la novela, cogía mi bicicleta y volvía a casa, en las afueras agrícolas de la ciudad, que estaban transformándose vertiginosamente, absorvidas por el crecimiento urbanístico de aquella época.

No era la primera experiencia en que me veía totalmente atrapada por una novela, pues si en bachiller tuve la suerte de tener un profesor apasionado por su materia, desde los cuatro años mi padre había puesto en mis manos todos los recursos a su alcance para fomentar esa afición, comenzando por dibujar mi primer abecedario personalizado. Y si embargo, hasta tal punto permanece en mí la emoción vivida con su lectura que, todavía hoy, cuando atravieso un recodo umbrío en mi habitual paseo en bicicleta, recuerdo imágenes de El Jardin de los Finzi-Contini.

¿Me identificaba con el narrador? Yo tenía la edad de los jóvenes personajes de la novela. También mi vida estaba a punto de cambiar. Como ellos, iba a salir de casa para estudiar. Tal vez la emoción que perdura es el recuerdo del momento que yo estaba viviendo, el recuerdo de la belleza que rodeó su lectura, conmovida como solo las obras de arte pueden conmover.

Hace quince años decidí releerlo y valorarlo con la visión que yo creía que mi hijo, que entonces tenía la edad en que yo lo leí por primera vez, pudiera hacerse del libro, antes de decidirme a recomendarle lo que para mí había sido una experiencia adolescente transcendental. Esta segunda lectura, superadas las emotividades de la juventud, me llevó a querer conocer la obra de Bassani y así fue como leí Cinco historias de Ferrara. En ese momento me sumergí en la ciudad de Ferrara -la Ferrara de entreguerras e inmediatamente posteror a la Segunda Guerra Mundial- y en la vida de una serie de personajes que aparecen en uno y otro relato, también en Las gafas de oro y El jardín de los Finzi Contini, recreando un mundo que constituye una gran obra completa: La novela de Ferrara.

Yo creé mi propia Ferrara mientras lo leía. Sin despegarme de mi propio mundo, sin abandonarme en manos del escritor para que su maestría me lleve donde el quiere. ¿Con cuántas imágenes de mi propia ciudad iría componiendo el puzzle de una Ferrara distinta a la que Bassani vivió? Imaginé que en algún momento viajaría a Ferrara, aunque ya no pudiera ser la misma ciudad que Bassani conoció.

Este verano, un mes antes de viajar a Italia, la oficina de turismo me envió una guía en PDF de la ciudad. Se describían cinco itinerarios, cada uno de ellos acompañado del plano correspondiente y la descripción de todos los edificios de interés a lo largo de los recorridos. Fui visualizando detenidamente cada recorrido, consultando dudas, ampliando la información... Después comencé a releer La novela de Ferrara. Esta vez sabía dónde estaba Via Vittoria, Via Vignatagliata, Via Mazzini, Via Salinguerra... y  tantas otras. Faltaban las imágenes reales, no quería crear una ciudad diferente a la que estaba a punto de conocer. Solo esperar.

Mi viaje a Ferrara es un viaje íntimo. Los personajes de Bassani, ciudadanos de una recreación literaria, tienen, para mí, conexión afectiva, más atractivo que la dinastía de los Este, aunque a ellos debamos Palazzos llenos de obras de arte, convertidos en museos..., incluso a pesar de que la Adición Hercúlea encargada por Hercole I d´Este  haya convertido a Ferrara en Ciudad Patrimonio de la Humanidad y que, como buena turista, incluyo en mis visitas, dando contenido a este viaje compartido. 

Los personajes de Bassani son seres reales, no porque los momentos en que sus vidas me han acompañado en el transcurso de la lectura, hayan sido momentos tan reales como los dedicados a seguir la increíble realidad política de mi país a través de la prensa, o porque los sentimientos y pensamientos que me sugieren son sentimientos y pensamientos reales que incorporo a mi vida, sino porque Bassani los construyó a partir de realidades que conocía bien, empezando por él mismo, al cual podemos reconocer en el personaje Bruno Lattes, coprotagonista de la maravillosa Los últimos años de Clelia Trotti o en el narrador de El jardin de los Finzi-Contini. El amor, el miedo, la dignidad, la coherencia, la delación, el silencio cómplice, las víctimas y los verdugos eran reales en aquel pequeño mundo de Ferrara, de Italia, de Europa.

Las ciudades se construyen por superposición de capas en el tiempo y en el espacio. Bajo la más visible perviven momentos que no han sido olvidados por quienes los vivieron o por quienes han podido conocerlos, gracias a que alguien trabajó para que así fuera. Los paraguas de colores en Via Mazzini en un día soleado, el alegre ir y venir de bicicletas, un festival de música en la calle nos reciben en Ferrara: la capa superficial de una ciudad que, como otras en Europa, vivió horrores que perviven actualmente en lugares que nunca más serán destino de nuestros viajes.

Corso Martiri della Libertà (antes llamado Corso Roma)
Giorgio Bassani dice al comienzo de una de las cinco novelas de Ferrara: "(...) Es muy raro que quien tenga que recorrer ese tramo de Corso Roma prefiera ir (...) bordeando en plena luz el sombrío parapeto del Foso del Castillo. Si alguien lo hace, podrá ser el turista con el índice entre las páginas de la guía Touring y la nariz en alto(...)
Pasa el forastero y la gente sentada en el café mira y sonríe con malicía. Sin embargo a ciertas horas del día, los ojos se miran con particular fijeza, las respiraciones se cortan incluso (...) De hecho es como si la piedra de la acera de enfrente vaya a quebrarse de improviso con la explosión de una mina (...) distraído, el pie del forastero, de quien no sabe  por dónde va. O como si una ráfaga de la ametralleta fascista que, disparando precisamente desde allí, (...) una noche de diciembre de 1943 abatió a lo largo de la misma acera a once ciudadanos pueda hacer interpretar al incauto transeunte la idéntica danza (...) que en el instante de la muerte sin dudad interpretaron, (...) aquellos a quienes la historia ha consagrado desde hace años como las primeras víctimas, por orden cronológico de la guerra civil italiana.
 
(...) De modo que el forastero, de visita en Ferrara, pongamos por caso, para admirar sus bellezas artísitcas, podrá pasar ante las pequeñas placas de marmol que tienen grabados los nombres de los fusilados sin que el curso de sus pensamientos tenga que sufrir la menor alteración.
 
(...) es una voz débil y quebrada (...), y, como sale del grácil pecho de Pino Barilari, el titular de la farmacia contigua, que asomado a una ventana del piso de encima (...) es, en serio, como si bajara del cielo. La voz dice: "¡Cuidado joven! (...), y, así, el turista, o cualquier otra persona que pise en ese instante la acera que todo ferrarés auténtico evita, sigue por lo general su camino sin dar señal nunca de haber entendido lo que le advierten.(UNA NOCHE DE 1943)

Si has llegado hasta aquí, te ofrezco a continuación mi paseo fotográfico por Ferrara. A veces, el recorrido sigue las propuestas turísticas. A veces, busco deliberadamente calles vividas en La novela de Ferrara. A veces, mis afanes se entremezclan y no cumplo mis objetivos. Olvido y confundo calles que deseaba recorrer: Via Mortara, Via della Ghiara, Il Montagnone... No puedo fotografiar todo lo que quisiera pues los horarios de cierre a los monumentos se imponenen. A veces el resultado de mi fotografía no me satisface en absoluto y quedará guardado en la carpeta Ferrara: la antigua Via Gorgadello, Via Fondo Banchetto, Via Saraceno...

 
 

"Poder, Gloria, felicidad, etcétera: oh, las grandes palabras eternas, retenidas en el fondo de la garganta por un pudor feroz, pero siempre válidas, en la fantasía, para movilizar tras las cuatro torres del Castillo que se alzan en el centro de la población y dan el primer saludo de la ciudad a quien llega del campo, cielos prodigiosos, prodigiosamente encendidos..." (EL PASEO ANTES DE LA CENA)



 
"Al prefecto doctor Herzen (...) cuyo presidente en la sombra había llegado a ser, tras los hechos del quince de diciembre de 1943, era inútil recurrir, si era cierto, y como lo era, que las listas de proscripción las ponían al día constantemente en su despacho del Castillo, en reuniones nocturnas y secretas exprofeso." (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)



Soportales en la antigua Corso Roma

"El día era bellísimo, Corso Roma aparecía alegre y animado como nunca. Desde debajo de los soportales miraba inmóvil el centro de la calle, donde decenas de bicicletas, montadas la mayoría por estudiantes de bachillerato y centelleantes al sol con los barnices y cromados, daban vueltas entre la multitud dominical" (LAS GAFAS DE ORO)



Piazza delle Erbe, actualmente Piazza Trento e Trieste


 
"(...) en el marco para nosotros tan habitual y familiar de Via Mazzini, es decir , de la calle que, partiendo de Piazza delle Erbe y bordeando el barrio del ex gueto -con el oratorio de San Crispino al comienzo, las estrechas rendijas de Via Vignatagliata y de Via Vittoria a medio recorrido, la fachada de ladrillo rojo del templo israelita un poco más adelante, así como, a lo largo de todo su recorrido, las compactas hileras de sus innumerables almacenes de tejidos, tiendas y tiendecitas, sirve aún hoy para unir el núcleo más antiguo de la ciudad y la parte renacentista y moderna." (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI) 

Via Mazzini
"(...) Via Mazzini aparecía vacía, desierta, intacta y así le había aparecido también al joven obrero que desde la una y media, subido a un pequeño andamio con un gorrito de papel en la cabeza, se había puesto a trabajar en torno a la losa de marmol que le habían encargado fijar a dos metros de altura contra el polvoriento ladrillo de la fachada de la Sinagoga. (...) "¡Ciento ochenta y tres de cuatrocientos!", como si aquellos nombres y aquellas cifras pudieran importarle directamente a él también (...) Ciento ochenta y tres judíos deportados a Alemania y muertos allí del modo habitual, de cuatrocientos que vivían en Ferrara antes de la guerra" (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)

Via Vittoria


"Se alojaron al principio en casa del padre de él, el viejo comerciante de granos Salomone Corcos, y allí, en Via Vittoria, en el corazón de lo que hasta no mucho antes había sido el  gueto, nacieron Jacopo enseguida y después Rubén" (UN PASEO ANTES DE LA CENA)




Via Vignatagliata
"(...) Pero eso no le impedía dejarse ver de vez en cuando en Via Vignatagliata, donde desde el mes de septiembre había conseguido que vaciaran el almacén de su padre, en el cual la comunidad israelita había ido amontonando objetos requisados en casa de judíos durante el periodo de Salò (...)"(UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)
"Pensaba también en nuestro gueto, en Via Mazzini, Via Vignatagliata,en el callejón Torcicoda. En un futuro bastante próximo, ellos los goim, nos obligarían a hormiguear de nuevo por allí, por las angostas y tortuosas callejuelas de ese miserable barrio medieval, del que, a fin de cuentas, no habíamos salido hasta hacía setenta, ochenta años." (LAS GAFAS DE ORO)

Via delle Volte

"De regreso de Buchenwald -sucedía, por ejemplo, que se oyera decir a voces ya claramente descorteses-, era lógico que se quedara de buena gana en casa o que si salía, en lugar de la Giovecca y Corso Roma, prefiriese andar por estrechas callejuelas en penumbra como Via Mazzini, Via Vittoria, Via Vignatagliata, Via delle Volte y demás." (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)



Piazza Travaglio

"Dos o tres noches, después de cenar, acabábamos en los bastiones de Porta Reno, donde aquel verano, en la explanada que daba, por un lado al gasómetro y, por el otro lado, a Piazza Travaglio, habían instalado un parque de atracciones" (EL JARDÍN DE LOS FINZI-CONTINI)





Via Piangipiane


"¿Por qué no recordar a ese respecto que el onorevole Bottechiari, el abogado socialista Mauro Bottechiari (...), por Navidad había salido en libertad de la cárcel de Via Piangipiane por intervención directa de él, Carlo Aretusi?" (UNA NOCHE DE 1943)




A la hora de la tarde en que el turista descansa y el Ferrarés se refugia en su casa, me acerco a calles fundamentales en la vida de los personajes de Bassani, calles antiguas, que según los historiadores constituirían el primer núcleo de desarrollo de esta ciudad, donde pudo haber un asentamiento Bizantino en el S. VIII. Calles estrechas que proyectan largas sombras en las horas más soleadas, las mismas horas en que tantas veces me he acercado a barrios populares en La Mancha, Exremadura, Castilla, El Alentejo..., lugares en los que he sentido la misma sensación que en esos momentos. Una joven pasea a su perro, un albañil descarga su material. No sé quien vive tras esas fachadas, cómo viven, si me observaran haciendo fotos a sus ventanas, intrigados, pero no molestos. Nadie  interrumpe mi curiosidad en estas calles tan íntimas.



Via Coperta

 "¿Y Clelia Trotti? ¿Las deseaba de verdad las visitas? Salir de casa con aire furtivo, echar una ojeada de soslayo a las persianas del piso de arriba, doblar la esquina por Via Coperta. Si algo había que le daba placer, no podía ser sino eso." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)





Via Salinguerra
"(...) Lidia volvió a presentarse en Via Salinguerra y empezó a vivir de nuevo en el cuartucho de suelo de madera polvoriento(...)
(...) Es pues, parte de la ciudad, queda incluso bastante cerca del centro medieval y bastaría para confirmarlo la fisonomía de las casas que flanquean la calle a ambos lados, la mayoría muy pobres y de modestas proporciones y algunas antiguas y decrépitas, sin duda de las más antiguas de Ferrara, y , sin embargo, al recorrer Via Salinguerra aún hoy, el tipo de silencio que nos circunda (...) y, en particular, los olores a estiercol, a tierra arada, a establo, que revelan la cercanía de los grandes huertos secretos, todo contribuye a dar la impresión de que nos encontramos ya fuera del recinto de las murallas urbanas, en los límites del campo abierto." (LIDA MANTOVANI)


Via Fondobanchetto



"Entró (...) y al instante obtuvo sin la menor dificultad la dirección exacta y completa de la maestra: Via Fondobanchetto 36, en casa de los Codecà." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)




Llego a Santa María in Vado y no puedo tomar una foto de la plaza que tantas y tantas veces ha aparecido en las novelas de Bassani. En una estratégica esquina desde la que fotografiar la plaza, un numeroso grupo de varones hacen tertulia en una sombreada terraza. Capto su mirada y temiendo una reacción poco cortés, renuncio a pedir su consentimiento para la foto. Cuando a media tarde vuelvo, siguen sentados viviendo su tiempo con calma mientras el mío lo rigen horarios de cierre y la caída de la luz. Y pese a que las fotos no representan la realidad de la plaza, las incluyo acompañando pasajes de las novelas de gran belleza, especialmente la descripción de la plaza en Los últimos años de Clelia Trotti, una de mis novelas favoritas.


Fachada de Santa María in Vado
"Esa misma tarde llevaron al niño a Santa Maria in Vado. Fue su madre quien se ocupó de todo, fue ella quien quiso que se llamara Ireneo (...) (LIDA MANTOVANI)

"¿No conoces a Rovigatti, Cesare Rovigatti, el remendón que tiene el taller el Piazza Santa Maria in Vado, junto a la iglesia?" (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)




Piazza de Santa Maria in Vado

"Invadida por la niebla, Piazza Santa Maria in Vado se abrió de repente ante él con la oscura fachada de la iglesia a un lado, el oscuro pasaje de la Via Scandiana al frente, en el centro la fuentecilla asediada por mujeres de palique, míseras tenduchas y casuchas a cuyo alrededor  salían junto con débiles luces y olores de castañas asadas y gachas, sonidos leves y diversos: un yunque golpeado sin fuerza, un llanto ahogado de un niño, un "buenas noches" y un "hasta la vista" intercambiados por dos hombres de edad en el fondo de un zaguán invisible, un tintineo de vasos..." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)



Palazzo Schifanoia en Via Scandiana




Via Madama



"Desde su cárcel de Via Fondobanchetto, Clelia Trotti soñaba con el renacimiento del socialismo italiano mediante la inyección de sangre joven en las cansadas y decrépitas venas del Partido. Desde el gueto de Via Madama donde con voluptuosidad se había encerrado (...) el abogado Lattes soñaba con la "brillante carrera" que esperaba sin duda a su hijo en América o en Erez, ..." LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI




Prospettiva al final de Corso Giovecca

"(...) y después, arrastrando las bicicletas, nos poníamos a pasear por la Giovecca, para arriba y para abajo desde el Castillo hasta la Prospettiva, o por Viale Cavour, desde el Castillo hasta la estación." 
"Caminábamos por la Giovecca, allá, abajo, por el lado de la Prospettiva, más allá de la cual la oscuridad del campo aparecía espesa, una especie de muralla negra" (EL JARDÍN DE LOS FINZI-CONTINI) 

 
Sendero de los bastiones


"(...) Por aquel sendero de los muros (...) nadie de su casa ni del "círculo" podría encontrarlos nunca" (LIDA MANTOVANI)





Mura degli Angeli
"Baste decir que hacia las dos de la tarde seguía vagando en bicicleta a lo largo de Mura degli Angeli, por el lado de Corso Ercole I d´Este. Ni siquiera había telefoneado a casa." (EL JARDÍN DE LOS FINZI-CONTINI)
"¿Por qué no nos acercamos también nosotros hasta allí arriba?", dijo Bruno.
 Con el brazo extendido, señalaba Mura degli Angeli, aún cubierta por el sol.
"Pero es que es tarde, temo que no nos de tiempo" respondió Clelia Trotti (...)" (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)

Corso Ercole I d´Este

"Esa calle de Ferrara, inmortalizada por Giosué Carducci y Gabriele D´Annunzio, es tan conocida por los enamorados del arte y la poesía del mundo entero, que cualquier descripción que de ella se hiciese resultaría por fuerza superflua. (...) Corso Ercole I d´Este es tan bello, es tal su atractivo turístico que la administración social-comunista que gobierna en el Ayuntamiento de Ferrara desde hace más de quince años, ha comprendido la necesidad de no tocarlo, (...), de conservar, en una palabra, su carácter aristocrático originario." (EL JARDÍN DE LOS FINZI CONTINI) 

Cementerio della Certosa

"Se trataba de un lugar bonito de verdad -aseguró- de señores. ¿No había visto nunca la arcada, de construcción muy reciente, que, partiendo del ala derecha de la iglesia de San Cristoforo y describiendo una gran cruva idéntica a la de la arcada adyacente a Via Borso, había ido a completar también por el lado de Mura degli Angeli el pórtico anterior de la Cartuja? Bueno, pues, a su madre la sepultarían precisamente allí, bajo aquellos nuevos arcos." (LIDA MANTOVANI) 



Cementerio della Certosa
"Al calificar de bello, bello hasta el extremo de resultar consolador, el vasto complejo arquitectónico del Cementerio Municipal de Ferrara, se corre el riesgo también ene nuestra ciudad de provocar las habituales carcajadas, los inevitables gestos de conjuro siempre listos, en Italia, para acoger las palabras de quien crea poder tratar de la muerte sin deplorarla. No obstante, una vez llegado al final de Via Borso d´Este (...) la vista repentina de Piazza della Certosa y del cementerio adyacente da siempre, para qué negarlo, una impresión alegre, casi festiva."
"Será por la serena suavidad del lugar y también, como es lógico, por su perfecta y perpetua soledad, pero el caso es que Piazza della Certosa ha sido siempre meta para encuentros de enamorados. ¿Dónde se va en Ferrara, aún hoy, cuando se desea hablar con una persona a solas? (...) Es esa una costumbre antigua, algo así como un ritual, tan antiguo probablemente como la propia Ferrara. Estaba vigente antes de la guerra, lo está hoy y lo estará también mañana." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI) 

Cimitero Ebraico


 "¿Qué un Corcos, en lugar de en el cementerio israelita, al final de Via Montebello, tan íntimo, recoleto, verde y bien cuidado como estaba, fuera enterrado más allá del muro, en la inmensa Cartuja, donde para encontrar una lápida se necesitaban días enteros?" (EL PASEO ANTES DE LA CENA)







Cimitero Ebraico
"Miraba el campo situado debajo, en que estaban sentados nuestros muertos. Entre las escasas lápidas (...) veía moverse (...) a un hombre y una mujer, los dos de mediana edad, (...). Andaban por entre las tumbas con cautela y desapego de huéspedes, de extraños. Cuando mira por dónde, al contemplarlos a ellos y el vasto paisaje urbano que se me ofrecía desde allí arriba en toda su extensión, me sentí de pronto embargado por una gran dulzura, una paz y una gratitud ternísimas (...): El futuro de persecuciones y matanzas que tal vez nos esperaba (...) ya no me daba miedo." (LAS GAFAS DE ORO)


Al dejar atrás la tumba de Giorgio Bassani, la luz entre los árboles que inundan este cementerio es la misma de aquel agosto en que yo leí por primera vez El jardín de los Finzi-Contini.

Hemos pasado un día completo en Ferrara. Al atardecer, en las calles y plazas del centro (Piazza Trento e Trieste, Piazza Cattedrale, Corso Martiri della Libertà, Piazza Castello...) de comienzo el Buskers Ferrara Festival, un festival de música en la calle que a lo largo de la última semana de agosto recibe artistas de toda Europa, músicos, pintores, mimos, marionetistas, cómicos... que actúan hasta las doce de la noche. Simultáneamente ofrecen su trabajo y se forman grupos en torno a ellos. Vamos de unos a otros disfrutando de la música, pero sobre todo de una gran alegría compartida.

Me planteo la posibilidad de continuar la visita a Ferrara durante la mañana siguiente. ¡Tanto arte por conocer, tantos rincones...! Mi compañero de viajes y fatigas deja en mis manos la decisión y, pese a la certeza de que en algún momento lamentaré no haber dedicado más tiempo a esta ciudad, opto por continuar el viaje por la Emilia-Romagna. Que la alegría de la última noche sea el último recuerdo con el que quedarnos.

Atrás se quedará el espíritu de los personajes y la ciudad de Bassani. Si en tres ocasiones a lo largo de mi vida me acerqué a su obra, tal vez en un futuro, la nostalgia vuelva a llevarme a Ferrara.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

RAVENNA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

https://youtu.be/p4Yzi2A0MXU

Ravenna conserva el más rico patrimonio de mosaicos  de los siglos V y VI, por lo que sus edificios religiosos paleocristianos y bizantinos han sido reconocidos como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Al iniciar la visita a estos edificios me planteé comenzar por el más antiguo de los que conservan sus mosaicos, el Baptisterio de los Ortodoxos o Neoniano y seguir un orden cronológico. También barajé la posibilidad de comenzar por los que intuía más sencillos en su decoración, dejando para el final los más abigarrados, pensando que, de no hacerlo así, algún edificio podía verse minusvalorado en nuestra apreciación.

Al final no seguimos ninguno de estos criterios: el Mausoleo de Gala Placidia es muy pequeño, por lo que el tiempo de permanencia dentro es muy limitado, sobre todo en horas de máxima afluencia. Por esta razón decidimos visitarlo a primera hora de la mañana junto con su vecina, la expléndida Basílica de San Vitale. Cada edificio nos sorprendió y cautivó por su propia personalidad. Así, pese a que el Baptisterio de los Arrianos se muestra mucho más austero que el de los ortodoxos por haber perdido gran parte de su decoración, contemplarlo después de tanta riqueza ornamental nos permitió valorar aun  más la belleza de su sencillez, sensación que se repitió al dejar para el final del recorrido la Basílica de San Apollinare in Classe.

El vídeo de esta visita sigue el orden de nuestro recorrido. El proceso de montaje me ha permitido apreciar y disfrutar todavía más los mosaicos que al verlos en el momento de la visita. Me he centrado en los mosaicos, no incluyendo otros rincones de Ravenna como el Mausoleo de Teodorico, la Cátedra de Maximiano en el museo arzobispal incluido en el billete UNESCO, la tumba de Dante o el parque adyacente, uno de los rincones más románticos de Ravenna. Sí he incluido en el vídeo la Basílica de San Juan Bautista, mandada construir por Gala Placidia y que no ha conservado los mosaicos que en su día cubrieron su ábside.

Tumba de Dante

Parque vecino a la tumba de Dante


Pasaje junto a la Basilica di San Francesco

Mausoleo di Teodorico


Para visitar los monumentos considerados Patrimonio de la Humanidad, existe un billete llamado billete UNESCO que permite visitar San Vitale, el Mausoleo de Gala Placidia, el Baptisterio Neoniano, la Capilla de San Andrea (situada en el interior del museo arzobispal) y la Basílica de San Apollinare Nuovo por 9´50 €. El Baptisterio de los Arrianos es gratuito. No está incluida la Basílica de San Apollinare in Classe que se paga aparte y hasta la que se llega en autobús (si no se viaja con vehículo propio) en un trayecto de 10/15 minutos desde la parada situada frente a la estación de tren de Ravenna.

En verano están abiertos de 9 a 19 h. durante toda la semana, con lo que se pueden visitar en lunes, día en que algunos museos o iglesias cierran en otras ciudades de Italia. 

La generosidad de tantos profesores y expertos que comparten sus conocimientos en Internet nos permitió ir bien documentados respecto a estos edificios. Considero muy importante llevar una buena guía u otro tipo de ´documentación que te ayude a leer y decodificar tal cantidad de imágenes y color, puesto que al adquirir el billete no te proporcionan ningún tipo de folleto o tarjetón plastificado en las iglesias, como es tan frecuente en España. Aporto a continuación alguna dirección de muchísimo interés:

El viaje por la Emilia-Romagna puede plantearse tomando Bologna como centro y haciendo desplazamientos diarios. Nosotros fuimos haciendo noche en diferentes ciudades, viajando siempre en tren. Esto nos permitió saborear más cada ciudad y en el caso de Ravenna poder disfrutar de un concierto de órgano y coros en San Vitale coincidiendo con los festivales de verano. ¡Italia!

Y en el sentido más literal de la palabra saborear voy a acabar esta entrada recomendando tres lugares en Ravenna:

Para una cómida rápida, sin sentarse a la mesa: Profumo di Piadina en Via Cairoli 24. Exquisitas Piadinas. (Leer críticas en Tripadvisor)

                                               

Para sentarse a la mesa: Trattoria La Rustica: http://www.trattoria-larustica.it/

y los helados en Gelateria Milk: http://www.gelatimilk.com/galleria.php

¡Feliz viaje!

BOLOGNA. POR EL PÓRTICO HASTA SAN LUCA

https://youtu.be/NiEqaHNazNs

(Lamento la decisión de Youtube de no permitir el visionado de este vídeo en Alemania, en teléfonos móviles, tablets y otros dispositivos. Yo no cobro por estos visionados y únicamente pretendo compartir la belleza de lo que veo y lo que escucho. )

Habiendo viajado a Bologna para caminar bajo sus pórticos, ¿cómo no tener la experiencia de recorrer el pórtico de San Luca, el más largo del mundo con sus 666 arcos y 3796 m, ascender la colina de La Guardia y llegar hasta el Santuario de la Madonna di San Luca situado en su cima?

Puerta de Saragozza
El pórtico de San Luca comienza en Porta Saragozza. este nombre tan español parece que proviene de una batalla acaecida durante La Reconquista y que habría sido relatada por peregrinos a tierra ibérica. Se levantó en el S. XIII aunque su actual aspecto se debe a la reconstrucción de 1859. La puerta de Saragozza da nombre a este barrio, en el que, en la Via Collegio de Spagna, se encuentra el Colegio de España fundado por el cardenal Gil de Albornoz en el S. XIV con la finalidad de facilitar el estudio de jóvenes de la Península Ibérica que destacasen por ser buenos intelectuales en la universidad de Bologna.

Pórtico de San Luca
 
En 1674 comenzó la construcción de la parte baja del pórtico con el fin de dar cobijo para la lluvia a los peregrinos que se dirigían al templo de San Luca. A lo largo de cuarenta y siete años los bologneses transportaron ladrillos trabajando en cadena, completándose la obra en 1721.
En una mañana de sábado nos mezclamos caminantes muy diversos realizando nuestra particular peregrinación: turistas -los menos-, deportistas adecuadamente equipados y protegidos del sol bajo las arcadas -los más- y un grupo de devotos que vuelve rezando el rosario.

Vistas al valle del río Reno desde la Basílica

Cuando preparo un viaje pudiendo dedicarle buena parte de mitiempo libre temo que estaré privándome de la sorpresa de lo desconocido. Cuando llega el momento del viaje la sorpresa se produce siempre. En este caso la sorpresa es descubrir el paisaje que se abre frente a la Basílica: el valle del río Reno con los Apeninos al fondo, verde en este verano caluroso, un tremendo contraste con la llanura de la Emilia-Romagna.

Comentó mi sorpresa por la belleza de las vistas en un día tan luminoso y un deportista italiano me comenta que es un día bueno, pero no muy bueno como puede suceder en febrero cuando después de una tormenta se llega a ver los Alpes.


En el recorrido por Bologna, un callejeo por su parte sur - tal vez porque nos hemos acercado a conocer la bella Piazza de San Domenico, entrar en su iglesia para ver el mausoleo de Santo Domingo de Guzmán, una de las joyas de la escultura de esta ciudad, seguir caminando buscando el pórtico renacentista de Il Bastardini en via D´Azzeglio y continuar hasta el Colegio de España, tal vez por, ya puestos, querer ver el pórtico más estrecho en Via Senzanome y los pórticos de la barriada popular de Santa Caterina -  irá acercándonos a la Puerta de Saragozza y desde allí, subir  y subir caminado hasta san Luca.

Arco de Meloncello
 Si decidimos que la subida hasta San Luca sea principal objetivo del paseo podemos recurrir a hacer uso del autobús. El autobús circular 33 que comienza su recorrido en la estación de trenes nos deja en Puerta de Saragozza. Desde allí hasta el Arco de Meloncello caminamos quince minutos y después otro cuarenta hasta la Basílica. 
El autobús 20 que recorre el centro permite llegar hasta Meloncello. También se pueden combinar los dos autobuses: el 33 hasta Puerta de Saragozza, esperar la llegada del 20 para acercarnos al Arco del Meloncello y ascender durante cuarenta minutos reservando así nuestras fuerzas para largas caminatas y visitas el resto del día. El primer billete de autobús es válido durante setenta minutos para ser utilizado en otros autobuses.

Esta subida por el pórtico hasta la Basílica de San Luca fue nuestra despedida de Bologna.