domingo, 16 de octubre de 2016

LA FERRARA DE GIORGIO BASSANI

https://www.youtube.com/watch?v=R-xpJCnB1Io

Si en algún momento piensas viajar a Ferrara, tal vez esta nueva entrada en el Blog pueda ayudarte a conocer esta ciudad. Si acaso no pudieses realizar ese viaje físico, te invito a conocerla a través de la obra de Giogio Bassani.

Recuerdo la primera vez que leí El Jardín de los Finzi-Contini, agosto de 1973. No recuerdo cómo tuve noticia de ese libro, no fue un boca a boca entre compañeras de clase, ni la lectura de una reseña en alguna revista interesante, que yo entonces no compraba todavía. Tampoco creo haberla leído en relación con la película en la que que Vittorio de Sica adaptó la novela, pues recuerdo haberla visto diez años después. Quizá su autor, Giorgio Bassani, y su obra formasen parte del ambicioso temario de literatura de sexto de bachiller y la vehemencia con que mi profesor transmitía su amor a la literatura me animase a leerlo.

Recuerdo que lo tomé prestado de la Biblioteca Pública. Encuadernado en tela azul. Lo leía sentada en un banco, bajo unos chopos hasta los que llegaba la humedad del río mientras iba atardeciendo. Después, como el narrador de la novela, cogía mi bicicleta y volvía a casa, en las afueras agrícolas de la ciudad, que estaban transformándose vertiginosamente, absorvidas por el crecimiento urbanístico de aquella época.

No era la primera experiencia en que me veía totalmente atrapada por una novela, pues si en bachiller tuve la suerte de tener un profesor apasionado por su materia, desde los cuatro años mi padre había puesto en mis manos todos los recursos a su alcance para fomentar esa afición, comenzando por dibujar mi primer abecedario personalizado. Y si embargo, hasta tal punto permanece en mí la emoción vivida con su lectura que, todavía hoy, cuando atravieso un recodo umbrío en mi habitual paseo en bicicleta, recuerdo imágenes de El Jardin de los Finzi-Contini.

¿Me identificaba con el narrador? Yo tenía la edad de los jóvenes personajes de la novela. También mi vida estaba a punto de cambiar. Como ellos, iba a salir de casa para estudiar. Tal vez la emoción que perdura es el recuerdo del momento que yo estaba viviendo, el recuerdo de la belleza que rodeó su lectura, conmovida como solo las obras de arte pueden conmover.

Hace quince años decidí releerlo y valorarlo con la visión que yo creía que mi hijo, que entonces tenía la edad en que yo lo leí por primera vez, pudiera hacerse del libro, antes de decidirme a recomendarle lo que para mí había sido una experiencia adolescente transcendental. Esta segunda lectura, superadas las emotividades de la juventud, me llevó a querer conocer la obra de Bassani y así fue como leí Cinco historias de Ferrara. En ese momento me sumergí en la ciudad de Ferrara -la Ferrara de entreguerras e inmediatamente posteror a la Segunda Guerra Mundial- y en la vida de una serie de personajes que aparecen en uno y otro relato, también en Las gafas de oro y El jardín de los Finzi Contini, recreando un mundo que constituye una gran obra completa: La novela de Ferrara.

Yo creé mi propia Ferrara mientras lo leía. Sin despegarme de mi propio mundo, sin abandonarme en manos del escritor para que su maestría me lleve donde el quiere. ¿Con cuántas imágenes de mi propia ciudad iría componiendo el puzzle de una Ferrara distinta a la que Bassani vivió? Imaginé que en algún momento viajaría a Ferrara, aunque ya no pudiera ser la misma ciudad que Bassani conoció.

Este verano, un mes antes de viajar a Italia, la oficina de turismo me envió una guía en PDF de la ciudad. Se describían cinco itinerarios, cada uno de ellos acompañado del plano correspondiente y la descripción de todos los edificios de interés a lo largo de los recorridos. Fui visualizando detenidamente cada recorrido, consultando dudas, ampliando la información... Después comencé a releer La novela de Ferrara. Esta vez sabía dónde estaba Via Vittoria, Via Vignatagliata, Via Mazzini, Via Salinguerra... y  tantas otras. Faltaban las imágenes reales, no quería crear una ciudad diferente a la que estaba a punto de conocer. Solo esperar.

Mi viaje a Ferrara es un viaje íntimo. Los personajes de Bassani, ciudadanos de una recreación literaria, tienen, para mí, conexión afectiva, más atractivo que la dinastía de los Este, aunque a ellos debamos Palazzos llenos de obras de arte, convertidos en museos..., incluso a pesar de que la Adición Hercúlea encargada por Hercole I d´Este  haya convertido a Ferrara en Ciudad Patrimonio de la Humanidad y que, como buena turista, incluyo en mis visitas, dando contenido a este viaje compartido. 

Los personajes de Bassani son seres reales, no porque los momentos en que sus vidas me han acompañado en el transcurso de la lectura, hayan sido momentos tan reales como los dedicados a seguir la increíble realidad política de mi país a través de la prensa, o porque los sentimientos y pensamientos que me sugieren son sentimientos y pensamientos reales que incorporo a mi vida, sino porque Bassani los construyó a partir de realidades que conocía bien, empezando por él mismo, al cual podemos reconocer en el personaje Bruno Lattes, coprotagonista de la maravillosa Los últimos años de Clelia Trotti o en el narrador de El jardin de los Finzi-Contini. El amor, el miedo, la dignidad, la coherencia, la delación, el silencio cómplice, las víctimas y los verdugos eran reales en aquel pequeño mundo de Ferrara, de Italia, de Europa.

Las ciudades se construyen por superposición de capas en el tiempo y en el espacio. Bajo la más visible perviven momentos que no han sido olvidados por quienes los vivieron o por quienes han podido conocerlos, gracias a que alguien trabajó para que así fuera. Los paraguas de colores en Via Mazzini en un día soleado, el alegre ir y venir de bicicletas, un festival de música en la calle nos reciben en Ferrara: la capa superficial de una ciudad que, como otras en Europa, vivió horrores que perviven actualmente en lugares que nunca más serán destino de nuestros viajes.

Corso Martiri della Libertà (antes llamado Corso Roma)
Giorgio Bassani dice al comienzo de una de las cinco novelas de Ferrara: "(...) Es muy raro que quien tenga que recorrer ese tramo de Corso Roma prefiera ir (...) bordeando en plena luz el sombrío parapeto del Foso del Castillo. Si alguien lo hace, podrá ser el turista con el índice entre las páginas de la guía Touring y la nariz en alto(...)
Pasa el forastero y la gente sentada en el café mira y sonríe con malicía. Sin embargo a ciertas horas del día, los ojos se miran con particular fijeza, las respiraciones se cortan incluso (...) De hecho es como si la piedra de la acera de enfrente vaya a quebrarse de improviso con la explosión de una mina (...) distraído, el pie del forastero, de quien no sabe  por dónde va. O como si una ráfaga de la ametralleta fascista que, disparando precisamente desde allí, (...) una noche de diciembre de 1943 abatió a lo largo de la misma acera a once ciudadanos pueda hacer interpretar al incauto transeunte la idéntica danza (...) que en el instante de la muerte sin dudad interpretaron, (...) aquellos a quienes la historia ha consagrado desde hace años como las primeras víctimas, por orden cronológico de la guerra civil italiana.
 
(...) De modo que el forastero, de visita en Ferrara, pongamos por caso, para admirar sus bellezas artísitcas, podrá pasar ante las pequeñas placas de marmol que tienen grabados los nombres de los fusilados sin que el curso de sus pensamientos tenga que sufrir la menor alteración.
 
(...) es una voz débil y quebrada (...), y, como sale del grácil pecho de Pino Barilari, el titular de la farmacia contigua, que asomado a una ventana del piso de encima (...) es, en serio, como si bajara del cielo. La voz dice: "¡Cuidado joven! (...), y, así, el turista, o cualquier otra persona que pise en ese instante la acera que todo ferrarés auténtico evita, sigue por lo general su camino sin dar señal nunca de haber entendido lo que le advierten.(UNA NOCHE DE 1943)

Si has llegado hasta aquí, te ofrezco a continuación mi paseo fotográfico por Ferrara. A veces, el recorrido sigue las propuestas turísticas. A veces, busco deliberadamente calles vividas en La novela de Ferrara. A veces, mis afanes se entremezclan y no cumplo mis objetivos. Olvido y confundo calles que deseaba recorrer: Via Mortara, Via della Ghiara, Il Montagnone... No puedo fotografiar todo lo que quisiera pues los horarios de cierre a los monumentos se imponenen. A veces el resultado de mi fotografía no me satisface en absoluto y quedará guardado en la carpeta Ferrara: la antigua Via Gorgadello, Via Fondo Banchetto, Via Saraceno...

 
 

"Poder, Gloria, felicidad, etcétera: oh, las grandes palabras eternas, retenidas en el fondo de la garganta por un pudor feroz, pero siempre válidas, en la fantasía, para movilizar tras las cuatro torres del Castillo que se alzan en el centro de la población y dan el primer saludo de la ciudad a quien llega del campo, cielos prodigiosos, prodigiosamente encendidos..." (EL PASEO ANTES DE LA CENA)



 
"Al prefecto doctor Herzen (...) cuyo presidente en la sombra había llegado a ser, tras los hechos del quince de diciembre de 1943, era inútil recurrir, si era cierto, y como lo era, que las listas de proscripción las ponían al día constantemente en su despacho del Castillo, en reuniones nocturnas y secretas exprofeso." (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)



Soportales en la antigua Corso Roma

"El día era bellísimo, Corso Roma aparecía alegre y animado como nunca. Desde debajo de los soportales miraba inmóvil el centro de la calle, donde decenas de bicicletas, montadas la mayoría por estudiantes de bachillerato y centelleantes al sol con los barnices y cromados, daban vueltas entre la multitud dominical" (LAS GAFAS DE ORO)



Piazza delle Erbe, actualmente Piazza Trento e Trieste


 
"(...) en el marco para nosotros tan habitual y familiar de Via Mazzini, es decir , de la calle que, partiendo de Piazza delle Erbe y bordeando el barrio del ex gueto -con el oratorio de San Crispino al comienzo, las estrechas rendijas de Via Vignatagliata y de Via Vittoria a medio recorrido, la fachada de ladrillo rojo del templo israelita un poco más adelante, así como, a lo largo de todo su recorrido, las compactas hileras de sus innumerables almacenes de tejidos, tiendas y tiendecitas, sirve aún hoy para unir el núcleo más antiguo de la ciudad y la parte renacentista y moderna." (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI) 

Via Mazzini
"(...) Via Mazzini aparecía vacía, desierta, intacta y así le había aparecido también al joven obrero que desde la una y media, subido a un pequeño andamio con un gorrito de papel en la cabeza, se había puesto a trabajar en torno a la losa de marmol que le habían encargado fijar a dos metros de altura contra el polvoriento ladrillo de la fachada de la Sinagoga. (...) "¡Ciento ochenta y tres de cuatrocientos!", como si aquellos nombres y aquellas cifras pudieran importarle directamente a él también (...) Ciento ochenta y tres judíos deportados a Alemania y muertos allí del modo habitual, de cuatrocientos que vivían en Ferrara antes de la guerra" (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)

Via Vittoria


"Se alojaron al principio en casa del padre de él, el viejo comerciante de granos Salomone Corcos, y allí, en Via Vittoria, en el corazón de lo que hasta no mucho antes había sido el  gueto, nacieron Jacopo enseguida y después Rubén" (UN PASEO ANTES DE LA CENA)




Via Vignatagliata
"(...) Pero eso no le impedía dejarse ver de vez en cuando en Via Vignatagliata, donde desde el mes de septiembre había conseguido que vaciaran el almacén de su padre, en el cual la comunidad israelita había ido amontonando objetos requisados en casa de judíos durante el periodo de Salò (...)"(UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)
"Pensaba también en nuestro gueto, en Via Mazzini, Via Vignatagliata,en el callejón Torcicoda. En un futuro bastante próximo, ellos los goim, nos obligarían a hormiguear de nuevo por allí, por las angostas y tortuosas callejuelas de ese miserable barrio medieval, del que, a fin de cuentas, no habíamos salido hasta hacía setenta, ochenta años." (LAS GAFAS DE ORO)

Via delle Volte

"De regreso de Buchenwald -sucedía, por ejemplo, que se oyera decir a voces ya claramente descorteses-, era lógico que se quedara de buena gana en casa o que si salía, en lugar de la Giovecca y Corso Roma, prefiriese andar por estrechas callejuelas en penumbra como Via Mazzini, Via Vittoria, Via Vignatagliata, Via delle Volte y demás." (UNA LÁPIDA EN VIA MAZZINI)



Piazza Travaglio

"Dos o tres noches, después de cenar, acabábamos en los bastiones de Porta Reno, donde aquel verano, en la explanada que daba, por un lado al gasómetro y, por el otro lado, a Piazza Travaglio, habían instalado un parque de atracciones" (EL JARDÍN DE LOS FINZI-CONTINI)





Via Piangipiane


"¿Por qué no recordar a ese respecto que el onorevole Bottechiari, el abogado socialista Mauro Bottechiari (...), por Navidad había salido en libertad de la cárcel de Via Piangipiane por intervención directa de él, Carlo Aretusi?" (UNA NOCHE DE 1943)




A la hora de la tarde en que el turista descansa y el Ferrarés se refugia en su casa, me acerco a calles fundamentales en la vida de los personajes de Bassani, calles antiguas, que según los historiadores constituirían el primer núcleo de desarrollo de esta ciudad, donde pudo haber un asentamiento Bizantino en el S. VIII. Calles estrechas que proyectan largas sombras en las horas más soleadas, las mismas horas en que tantas veces me he acercado a barrios populares en La Mancha, Exremadura, Castilla, El Alentejo..., lugares en los que he sentido la misma sensación que en esos momentos. Una joven pasea a su perro, un albañil descarga su material. No sé quien vive tras esas fachadas, cómo viven, si me observaran haciendo fotos a sus ventanas, intrigados, pero no molestos. Nadie  interrumpe mi curiosidad en estas calles tan íntimas.



Via Coperta

 "¿Y Clelia Trotti? ¿Las deseaba de verdad las visitas? Salir de casa con aire furtivo, echar una ojeada de soslayo a las persianas del piso de arriba, doblar la esquina por Via Coperta. Si algo había que le daba placer, no podía ser sino eso." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)





Via Salinguerra
"(...) Lidia volvió a presentarse en Via Salinguerra y empezó a vivir de nuevo en el cuartucho de suelo de madera polvoriento(...)
(...) Es pues, parte de la ciudad, queda incluso bastante cerca del centro medieval y bastaría para confirmarlo la fisonomía de las casas que flanquean la calle a ambos lados, la mayoría muy pobres y de modestas proporciones y algunas antiguas y decrépitas, sin duda de las más antiguas de Ferrara, y , sin embargo, al recorrer Via Salinguerra aún hoy, el tipo de silencio que nos circunda (...) y, en particular, los olores a estiercol, a tierra arada, a establo, que revelan la cercanía de los grandes huertos secretos, todo contribuye a dar la impresión de que nos encontramos ya fuera del recinto de las murallas urbanas, en los límites del campo abierto." (LIDA MANTOVANI)


Via Fondobanchetto



"Entró (...) y al instante obtuvo sin la menor dificultad la dirección exacta y completa de la maestra: Via Fondobanchetto 36, en casa de los Codecà." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)




Llego a Santa María in Vado y no puedo tomar una foto de la plaza que tantas y tantas veces ha aparecido en las novelas de Bassani. En una estratégica esquina desde la que fotografiar la plaza, un numeroso grupo de varones hacen tertulia en una sombreada terraza. Capto su mirada y temiendo una reacción poco cortés, renuncio a pedir su consentimiento para la foto. Cuando a media tarde vuelvo, siguen sentados viviendo su tiempo con calma mientras el mío lo rigen horarios de cierre y la caída de la luz. Y pese a que las fotos no representan la realidad de la plaza, las incluyo acompañando pasajes de las novelas de gran belleza, especialmente la descripción de la plaza en Los últimos años de Clelia Trotti, una de mis novelas favoritas.


Fachada de Santa María in Vado
"Esa misma tarde llevaron al niño a Santa Maria in Vado. Fue su madre quien se ocupó de todo, fue ella quien quiso que se llamara Ireneo (...) (LIDA MANTOVANI)

"¿No conoces a Rovigatti, Cesare Rovigatti, el remendón que tiene el taller el Piazza Santa Maria in Vado, junto a la iglesia?" (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)




Piazza de Santa Maria in Vado

"Invadida por la niebla, Piazza Santa Maria in Vado se abrió de repente ante él con la oscura fachada de la iglesia a un lado, el oscuro pasaje de la Via Scandiana al frente, en el centro la fuentecilla asediada por mujeres de palique, míseras tenduchas y casuchas a cuyo alrededor  salían junto con débiles luces y olores de castañas asadas y gachas, sonidos leves y diversos: un yunque golpeado sin fuerza, un llanto ahogado de un niño, un "buenas noches" y un "hasta la vista" intercambiados por dos hombres de edad en el fondo de un zaguán invisible, un tintineo de vasos..." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)



Palazzo Schifanoia en Via Scandiana




Via Madama



"Desde su cárcel de Via Fondobanchetto, Clelia Trotti soñaba con el renacimiento del socialismo italiano mediante la inyección de sangre joven en las cansadas y decrépitas venas del Partido. Desde el gueto de Via Madama donde con voluptuosidad se había encerrado (...) el abogado Lattes soñaba con la "brillante carrera" que esperaba sin duda a su hijo en América o en Erez, ..." LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI




Prospettiva al final de Corso Giovecca

"(...) y después, arrastrando las bicicletas, nos poníamos a pasear por la Giovecca, para arriba y para abajo desde el Castillo hasta la Prospettiva, o por Viale Cavour, desde el Castillo hasta la estación." 
"Caminábamos por la Giovecca, allá, abajo, por el lado de la Prospettiva, más allá de la cual la oscuridad del campo aparecía espesa, una especie de muralla negra" (EL JARDÍN DE LOS FINZI-CONTINI) 

 
Sendero de los bastiones


"(...) Por aquel sendero de los muros (...) nadie de su casa ni del "círculo" podría encontrarlos nunca" (LIDA MANTOVANI)





Mura degli Angeli
"Baste decir que hacia las dos de la tarde seguía vagando en bicicleta a lo largo de Mura degli Angeli, por el lado de Corso Ercole I d´Este. Ni siquiera había telefoneado a casa." (EL JARDÍN DE LOS FINZI-CONTINI)
"¿Por qué no nos acercamos también nosotros hasta allí arriba?", dijo Bruno.
 Con el brazo extendido, señalaba Mura degli Angeli, aún cubierta por el sol.
"Pero es que es tarde, temo que no nos de tiempo" respondió Clelia Trotti (...)" (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI)

Corso Ercole I d´Este

"Esa calle de Ferrara, inmortalizada por Giosué Carducci y Gabriele D´Annunzio, es tan conocida por los enamorados del arte y la poesía del mundo entero, que cualquier descripción que de ella se hiciese resultaría por fuerza superflua. (...) Corso Ercole I d´Este es tan bello, es tal su atractivo turístico que la administración social-comunista que gobierna en el Ayuntamiento de Ferrara desde hace más de quince años, ha comprendido la necesidad de no tocarlo, (...), de conservar, en una palabra, su carácter aristocrático originario." (EL JARDÍN DE LOS FINZI CONTINI) 

Cementerio della Certosa

"Se trataba de un lugar bonito de verdad -aseguró- de señores. ¿No había visto nunca la arcada, de construcción muy reciente, que, partiendo del ala derecha de la iglesia de San Cristoforo y describiendo una gran cruva idéntica a la de la arcada adyacente a Via Borso, había ido a completar también por el lado de Mura degli Angeli el pórtico anterior de la Cartuja? Bueno, pues, a su madre la sepultarían precisamente allí, bajo aquellos nuevos arcos." (LIDA MANTOVANI) 



Cementerio della Certosa
"Al calificar de bello, bello hasta el extremo de resultar consolador, el vasto complejo arquitectónico del Cementerio Municipal de Ferrara, se corre el riesgo también ene nuestra ciudad de provocar las habituales carcajadas, los inevitables gestos de conjuro siempre listos, en Italia, para acoger las palabras de quien crea poder tratar de la muerte sin deplorarla. No obstante, una vez llegado al final de Via Borso d´Este (...) la vista repentina de Piazza della Certosa y del cementerio adyacente da siempre, para qué negarlo, una impresión alegre, casi festiva."
"Será por la serena suavidad del lugar y también, como es lógico, por su perfecta y perpetua soledad, pero el caso es que Piazza della Certosa ha sido siempre meta para encuentros de enamorados. ¿Dónde se va en Ferrara, aún hoy, cuando se desea hablar con una persona a solas? (...) Es esa una costumbre antigua, algo así como un ritual, tan antiguo probablemente como la propia Ferrara. Estaba vigente antes de la guerra, lo está hoy y lo estará también mañana." (LOS ÚLTIMOS AÑOS DE CLELIA TROTTI) 

Cimitero Ebraico


 "¿Qué un Corcos, en lugar de en el cementerio israelita, al final de Via Montebello, tan íntimo, recoleto, verde y bien cuidado como estaba, fuera enterrado más allá del muro, en la inmensa Cartuja, donde para encontrar una lápida se necesitaban días enteros?" (EL PASEO ANTES DE LA CENA)







Cimitero Ebraico
"Miraba el campo situado debajo, en que estaban sentados nuestros muertos. Entre las escasas lápidas (...) veía moverse (...) a un hombre y una mujer, los dos de mediana edad, (...). Andaban por entre las tumbas con cautela y desapego de huéspedes, de extraños. Cuando mira por dónde, al contemplarlos a ellos y el vasto paisaje urbano que se me ofrecía desde allí arriba en toda su extensión, me sentí de pronto embargado por una gran dulzura, una paz y una gratitud ternísimas (...): El futuro de persecuciones y matanzas que tal vez nos esperaba (...) ya no me daba miedo." (LAS GAFAS DE ORO)


Al dejar atrás la tumba de Giorgio Bassani, la luz entre los árboles que inundan este cementerio es la misma de aquel agosto en que yo leí por primera vez El jardín de los Finzi-Contini.

Hemos pasado un día completo en Ferrara. Al atardecer, en las calles y plazas del centro (Piazza Trento e Trieste, Piazza Cattedrale, Corso Martiri della Libertà, Piazza Castello...) de comienzo el Buskers Ferrara Festival, un festival de música en la calle que a lo largo de la última semana de agosto recibe artistas de toda Europa, músicos, pintores, mimos, marionetistas, cómicos... que actúan hasta las doce de la noche. Simultáneamente ofrecen su trabajo y se forman grupos en torno a ellos. Vamos de unos a otros disfrutando de la música, pero sobre todo de una gran alegría compartida.

Me planteo la posibilidad de continuar la visita a Ferrara durante la mañana siguiente. ¡Tanto arte por conocer, tantos rincones...! Mi compañero de viajes y fatigas deja en mis manos la decisión y, pese a la certeza de que en algún momento lamentaré no haber dedicado más tiempo a esta ciudad, opto por continuar el viaje por la Emilia-Romagna. Que la alegría de la última noche sea el último recuerdo con el que quedarnos.

Atrás se quedará el espíritu de los personajes y la ciudad de Bassani. Si en tres ocasiones a lo largo de mi vida me acerqué a su obra, tal vez en un futuro, la nostalgia vuelva a llevarme a Ferrara.