domingo, 27 de noviembre de 2016

VISITA A PARMA


https://youtu.be/ez08500tVOU

Han pasado ya dos meses desde el regreso del viaje por la Emilia Romagna. Esta es la última etapa de ese recorrido en la memoria que las fotografías y vídeos conservados tratan de conservar, alargando el tiempo para trabajar con las imágenes de un viaje antes de que su recuerdo se diluya en la actividad del día a día.

La fiereza del color en los viñedos y bosques otoñales es ahora la constante vivencia de la belleza,  cada día nueva y libre, sin horarios de apertura o cierre, venta de entradas anticipada, ni colas de espera. (OTOÑO EN LA RIOJA: https://www.youtube.com/watch?v=WtNof10tmJU )

Dos meses atras la arquitectura, la pintura en mosaicos, frescos y lienzos, la escultura, el urbanismo, Giogio Bassani y sus personajes, la Historia, nos llevaron hasta Italia. Como al regreso de todos los viajes queda la información recopilada, imágenes, el recuerdo de tantas emociones, nuevas recetas que incorporar al menú familiar... En este caso, vuelvo también con un idioma que decidí comenzar a estudiar cuando en la fase de preparación del viaje, los textos ofrecidos por las webs de turismo me trasladaron a mi infancia en la que oía hablar esa lengua y en casa recibíamos regularmente El Corriere dei Piccoli que intentábamos leer, sin conseguirlo, con la misma soltura que Pulgarcito o Tio Vivo.

En este contacto con las oficinas de turismo, el personal de Modena se mostró especialmente atento, con un trato personal exquisito. Fueron generosos, expléndidos en la información impresa enviada, los trabajadores de las oficinas de Ravena y Parma, frente a la imposibilidad de enviar folletos y planos, alegada por otras oficinas, dada la alta demanda.

Parma nos envió dos planos en los que seguir dos recorridos turísticos propuestos a un lado y otro del río para visitar Museos, Pinacotecas, Iglesia y Palacios.

De entre tanta oferta visitamos especialmente interesados el Pallazzo della Pillota, el cual fue construido como un palacio para el servicio del Palacio ducal de los Farnese situado en la otra orilla del río, en el Parque Ducal, unidos ambos por el Puente Verdi. El Palacio della Pillota contiene actualmente la Biblioteca Palatina, el Museo Arquológico, la Galería Nacional y lo que para mí es su principal atractivo: el Teatro Farnese, construido totalmente en madera, con la única intención de festejar la estancia en Parma de Cosme II de Medicis. Como éste no  realizó su viaje, fue inaugurado en 1628 para celebrar la boda de Margarita de Medici y el duque Odoardo Farnesio. Utilizado después en una sola ocasión en 1732, sufrió el deterioro del tiempo y la guerra hasta su restauración, permitiendo que en la actualidad se realicen conciertos y representaciones, además de que los visitantes podamos disfrutar del olor de la madera, la belleza de su arquitectura e iluminación y, desde el escenario, olvidando por un momento la vanidad de su construcción, como tantas veces sentimos frente al legado del tiempo, disfrutar de la belleza y la emoción del arte por el arte.

                                                         

Teatro Farnese.
Teatro Farnese.




Teatro Farnese.
La esclava turca. Galería Nacional de Parma Parmigianino.
                                                                                                               
Satisfesfechas nuestras espectativas nos dirigimos a lo que en Parma será, junto con la visita al Baptisterio, el principal motivo de nuestra visita, la obra pictórica de Correggio. Comenzamos  por la Camera di San Paolo  donde se visitan parte de las estancias de Giovanna da Piacenza, abadesa del convento benedictino que en el siglo XVI encargó los frescos de dicha Camera a Corregio después de que Alessandro Araldi hubiese decorado otra estancia. Cargados de sensualidad, hacen pensar en el  temperamento de una mujer que mantuvo una gran batalla con las autoridades civiles y religiosas empeñadas en reducir el poder político de los conventos y su intensa vida intelectual y social.

Convento di San Paolo






Detalle de los segmentos.
                     
Cúpula de la Camera di san Paolo. Corregio.


Fresco de Alesssandro Araldi en las habitaciones de la abadesa.
                                   
                                        
El Duomo de Parma, bellísimo edificio de arquitectura románica, contiene una de las obras maestras de la pintura al fresco del Renacimiento: la Cúpula de la Asunción de la Virgen, pintada por Correggio, cuyas inovaciones fueron totalmente incomprendidas en su época llegando a calificarla como "un embrollo de patas de rana". 

Disfruto especialmente de la visita a  esta catedral después de haber visto, en este mismo viaje, las iglesias paleocristianas de Ravenna. Pasados los siglos, los avances arquitectónicos y los cambios en las técnicas pictóricas, encuentro aquí, en la disposición de la iconografía que representa el camino de los fieles, la vida de Cristo y el Antiguo Testamento a lo largo de un imponente trabajo que recorre toda la nave central, el recuerdo de San Apolinar Nuevo. (RAVENNA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD: https://www.youtube.com/watch?v=p4Yzi2A0MXU )

Al visitar y recordar esta catedral siento que el trabajo plasmado representa el triunfo del hombre, del artista y del hombre en sí, en toda su desnudez, en movimiento y con total naturalismo, no solo en la cúpula, sino especialmente en las bóvedas de la nave central y los brazos laterales. Vuelvo a recordar la sensualidad de los angelotes en la Cámara de San Paolo.
                             
Boceto de Corregio para la Cúpula de la Asunción.
Detalle de la cúpula, nave central y crucero.
                                        
Junto al Duomo se halla la joya del arte en Parma: el Baptisterio. Hemos esperado a verlo al inicio del atardecer para poder disfrutar del tono rosado del marmol exterior y de la luz cálida que inunda el interior. Venecia, Roma, Florencia... estarán atestadas de turistas. Nosotros somos, en ese momento, los únicos visitantes  que disfrutan del color y las imágenes que cubren absolutamente el interior de esta construcción. Nuevamente aparece el recuerdo de los Baptisterios contemplados en Ravenna. Soy consciente cuando miro a través del visor de la cámara de que no estoy captando el tono de la luz. Cuando al regreso del viaje compruebe qué pobre, incompleto, ha sido mi reportaje del baptisterio, falto de los movimientos de cámara adecuados que reflejen esa realidad, decidiré no alterar el color conseguido, no imitar una realidad ante cuya belleza mi dominio de la técnica fotográfica se rinde humildemente.

Cúpula del Baptisterio de Parma. Fragmento







A la salida nos sentamos en la escalinata de acceso, dejando que nuestra mirada se relaje en la serenidad luminosa de la Plaza. Se acerca un grupo de turistas españoles mayores, algo mayores que nosotros, acompañados de su guía italiana. Ella les comenta que no puede pasar con ellos a visitar el Duomo pues deberían pagar por una visita que es gratuita. Les recuerda que el esquema que encontrarán es el mismo que el que acaban de ver en la cercana iglesia de san Juan Evangelista. Se despide. Los viajeros se dispersan, unos hacen idea de entrar, otros deciden tomarse un café. Ya se wasapearán al terminar. Siento ganas de animar a todos a entrar en el Duomo, impedir que se vayan de esta ciudad sin ver esa maravilla. Me callo. No quiero, con mi entrometimiento charlatán, romper el estado de éxtasis alcanzado en el interior del Baptisterio. ¿Lo habrán visitado?

Nosotros seguimos el orden inverso y visitamos a continuación la iglesia de San Juan donde los frescos de Correggio siguen un friso a lo largo de la nave central. Un trabajo exquisito y elegante ante el que  no hago ninguna foto, abrumada por tanta belleza religiosa, como tampoco las haré en Santa María Steccata, otra joya construida en un elegante estilo Bramante con frescos de Parmigianino, ni en la iglesia de la Anunziata, al otro lado del río - Oltretorrente -  pese a su planta oval, sus diez capillas radiales y su revestimiento interior carente de frescos, relajante color marfil para el descanso de la vista, ni en santa María del Quartiere, también en Oltretorrente, con su planta exagonal, ni en el Parque Ducal donde nos sentamos a tomar una cerveza y a contemplar el otoño que se anuncia en las hojas de los árboles.

Recuerdo que fue en Florencia donde Stendhal, el autor de La Cartuja de Parma, sintió aquel desvanecimiento ante la apabullante belleza. En mi caso es el final del viaje, la sensación de que  no puedo llevarme más de todo lo que ya está guardado en la tarjeta de memoria.

En algún momento me he acercado a la Oficina de Turismo queriendo conocer calles que puedan ser interesantes, al margen de los monumentos publicitados. La empleada me dice que lo interesante está en torno a las iglesias, que las calles, más allá de ese centro histórico, son comerciales, sin interés.  Hay un sentimiento humilde, también percibido en Modena, respecto a lo propio, que me hace querer más estas ciudades pequeñas.

La visita a Parma no sería completa si en la cena no aprovechásemos para saborear los embutidos, el queso parmegiano y los mejores helados de todo el viaje: las especialidades de la heladería Hemilia Cremeria. La temperatura es magnífica y muchos italianos cenan en las terrazas en un jueves lavorable. Voces relajadas, gusto por el disfrute... ¡Definitivamente estudiaré italiano! Más allá, la extensa explanada frente al Palacio della Pillota, se convierte en el punto de encuentro de otros muchos ciudadanos venidos de Iberoamérica, Africa Subsahariana, el Magreb... que traen sus cenas y en familia disfrutan de la misma noche que todos compartimos. Y yo no fotografío esta belleza.

Hemos dejado para el último día la visita al Monasterio de San Giovani Evangelista donde entre otras cosas se encuentran los frescos de Correggio de la sala capitular. Pese a que acudimos en el horario correcto, repetidas veces verificado, lo encontramos cerrado. Entramos a la vecina iglesia de San Juan donde una monja nos cuenta que se están haciendo unos ejercicios espirituales. Llama a la sacristía para facilitarnos la entrada. No nos abren. Visitamos la anexa farmacia, antigua tienda de especias abierta en el 1201. Comentamos nuestro interés en ver el monasterio a la monja que controla la entrada. Nos responde que hay ejercicios espirituales y antes de despedirnos, preocupada porque este contratiempo enturbie nuestro viaje a Parma nos pregunta: "¿Pero no han visto ustedes el Baptisterio?". Llamamos nuevamente al timbre del monasterio. Sale el sacristán que se dispone a irse en su bicicleta. Le comentamos nuestro interés. Nos dice que hay ejercicios espirituales pero: "¿No han visto ustedes el Baptisterio?".

Yo ya he empezado a estudiar italiano.

Turismo en Parma:

http://turismo.comune.parma.it/it
http://www.parmaitalia.es/index.php

Catedral y Baptisterio de Parma:
http://www.piazzaduomoparma.com/parma-e-provincia/percorsi-nel-romanico/il-romanico-in-citta/il-romanico-a-parma/la-piazza-grande/
https://es.wikipedia.org/wiki/Baptisterio_de_Parma
http://matemolivares.blogia.com/2013/112602-baptisterio-de-parma-joya-matematica-medieval..php

Cúpula de la Asunción de Corregio:
https://es.wikipedia.org/wiki/La_Asunci%C3%B3n_de_la_Virgen_(Correggio)
http://arte.laguia2000.com/pintura/la-asuncion-de-la-virgen-corregio

Giovanna da Piacenza, abadesa:
http://www.clammmag.com/giovanna-da-piacenza-badessa-e-signora-parte-iii/