jueves, 27 de septiembre de 2018

EN EL PERIGORD



Mis vídeos sobre el Perigord:

EN EL PERIGORD: SARLAT-JARDINS D´EYRIGNAC: https://youtu.be/ccVJfgkha_k

EN EL PERIGORD PÚRPURA: https://www.youtube.com/watch?v=FAsSV4oWoNM

EN EL PERIGORD: LA DORDOÑA: https://www.youtube.com/watch?v=IdZegkXvdZ4

EN EL PERIGORD: VAL DE LA VÉZÈRE: https://www.youtube.com/watch?v=dsoTq7aBeKA

EN EL PERIGORD VERDE: https://www.youtube.com/watch?v=O9a41NNWsoI

PERIGUEUX, EN EL PERIGORD: https://www.youtube.com/watch?v=-atSzlhf2lw





He escapado de este personal viaje en el tiempo en el que me muevo desde hace ya casi seis meses para acercarme a los rincones medievales, los valles, los acantilados calcáreos y las grutas del Perigord, aquel destino primaveral cancelado por la irrupción inesperada de la muerte.

En estos últimos meses me reservo algún tiempo para dedicarlo a las fotos del viaje, el montaje y edición de estos cuatro pequeños reportajes del Perigod y esos momentos son un bálsamo en esta etapa de duelo.

Mercado medieval en Monpazier

Paredes calcáneas en La Vallée de la Vézère





La Vallée de La Dordogne



Al disponerme a trabajar con las imágenes capturadas descubro que son poquísimas las fotos que he hecho de los paisajes que hemos atravesado. En estos cortos recorridos realizados, el navegador, sabiamente, nos ha conducido por una intrincada red de carreteritas entre paisajes bellísimos. Carreteritas estrechas, carentes de arcén o de cualquier marca en el asfalto, que no nos permiten parar para fotografiar ese paisaje, especialmente sorprendente cuando al atardecer nos acercamos a Monpazier, lejos ya de la autopista de Aquitania.

Estos paisajes no capturados, no mostrados y susceptibles de perderse en mi propio olvido son mi descubrimiento en este viaje, en el que al final, como siempre, voy dando fe de la existencia de casi todo aquello que había previsto.




Nos desplazamos durante cuatro días, previos al comienzo de la temporada alta turística, por una Francia rural plácida y hermosísima en la que se aunan el cuidado paisaje natural con pueblos, granjas, viviendas dispersas en las que parecen conservarse las esencias de otra época. y al msmo tiempo que admiro sus amplias parcelas de cesped, sus parterres, la estética de sus construcciones, me planteo, prejuiciosa, si tras esas ventanas con cortinas de encaje habitan esos votantes de la Francia rural que hacen temblar con la posibilidad de un regreso de la ultraderecha. ¡Pues no! Internet me saca de dudas: La Dordoña votó a Melenchón.

La huella de la Edad Media ha generado muchos puestos de trabajo. Cuando al atrdecer, tras nuestro desplazamiento diario regresamos a Sarlat, recorremos la ciudad como si hubiéramos invadido la intimidad de un enorme comedor donde se celebrara una tumultuosa cena. Las plazas se continuan una tras otra y apenas se desaprovechan espacios para dar cabida a los incontables comensales que daremos buena cuenta del confit, el foie gras, el magret, los pasteles de nueces y tantas delicias servidas por jóvenes de ambos sexos bellos y gentiles.

Plaza solitaria en Sarlat


En 1962 André Malraux promulgaba la ley que permitiría la restauración y conservación de espacios particularmente protegidos. Esta ley se estrenó con Sarlat. Quizá hoy Malraux pasaease por esta ciudad un tanto decepcionado de lo que supone el éxito turístico. Me reconciclio con la ciudad paseando al anochecer de un domingo y un lunes, cuando la afluencia turística ha disminuido si bien las mesas menos concurridas siguen llenando callles y plazas. O cuando al inicio de la tarde, al pasar por el instituto, de camino hacia el hotel, fuera del centro turístico, encuentro el enorme desfile de autobuses que llevarán a los estudiantes a todos esos rinconcitos que yo admiro por su belleza y en los que hay una vida real, que se enfrenta diariamente a las dificultades de vivir fuera de las capitales de provincia.

Durante cuatro días nos hemos movido en una burbuja espacio temporal. La autopista que comunica Burdeos con la frorntera española nos devuelve a la realidad. En los carriles de sentido contrario a nuestra marcha se suceden  retenciones durante kilómetros y kilómetros. Accidentes, obras, exceso de tráfico...

En el sentido de nuestra marcha trabajadores que han alcanzado su gran sueño de llegar a Europa organizan nuestra marcha bajo un implacable sol al inicio del verano, entre las obras de ampliación de esta autopista que permitirá  que otros sigamos viajando en busca de los pequeños sueños con los que vamos llenando nuestras privilegiadas vidas.