lunes, 29 de noviembre de 2021

ANTEQUERA

 https://www.youtube.com/watch?v=yNMZO-0p3J8

Este viaje a Andalucía comenzó hace más de un año, el día que escuchaba por primera vez el tema de Miles Davis Peace Piece interpretado por Niño Josele. Escuchaba esta versión y la imaginaba como banda sonora de un montaje fotográfico en el que se sucediesen imágenes de las playas de Huelva, de los pueblos blancos de Cádiz, las sierras de Grazalema, Los Alcornocales..., tantos destinos pendientes en el Sur. Al final el destino ha sido Málaga y Peace Piece suena de fondo en Antequera.

El viaje avanzaba mientras recorría el plano que me envió la Oficina de Turismo de Antequera, generosa en sus folletos informativos y la más rápida en responder de las ciudades a las que me dirigí. Imagino empleados diligentes y amables en una oficina tranquila, sin sufrir el estrés de los empleados de Ronda, desbordados por una afluencia turística internacional a la tercera ciudad andaluza más visitada.

¡Qué bello es el plano de Antequera! Trazados blancos en sus calles recorrridas por la letra cursiva de sus nombres, bloques de manzanas gris claro entre los que se elevan en volumen sus numerosos monumentos dibujados en perspectiva y tonos cálidos. Se cumplía ese lema turístico "Antequera directa a tu corazón" porque yo me enamoraba de esta ciudad mientras sobre el plano recorría la Cuesta del Viento, Cuesta de la Paz, Cuesta de San Judas, la Plaza del Portichuelo, la de Los Escribanos, la de Las Descalzas, el Callejón de Curtidores, la Calle del Cristo de los Avisos..., anticipándome al momento en que pasearía entre sus fachadas tal vez blancas, o cubiertas de ladrillo o piedra roja.

Cuesta de San Judas

Cuesta de San Judas

Cuesta de las Barbacanas
 

La búsqueda en Google Maps de algún bar recomendado me devolvía un escenario real en el que gastrobares, tiendas de muebles, farmacias, ferreterías, papelerías, colegios, ortopedias, bancos, estancos, centros auditivos, colchonerías, mercerías, centros veterinarios..., me trasladaban al siglo XXI para que la Edad Media, el Renacimiento y los florecientes siglos XVII y XVIII pudiesen convertirse en realidad en el momento de visitar la ciudad.

Y así fue cuando pudimos contemplar los restos del legado romano: sus baños, la escultura de El Efebo de Antequera y otros restos conservados en el Palacio de Nájera, su Museo Municipal. 

Efebo de Antequera

Fue así cuando recorrimos las murallas que rodeaban el núcleo árabe de Madina Antaquira, plaza difícil de conquistar y llave para la reconquista del Reino de Granada. 

Torres y muralla de la Alcazaba

 

Una vez reconquistada la ciudad cambiaba su condición de plaza militar por zona de expansión urbanística y demográfica fuera de las murallas, continuando la actividad comercial favorecida por su situación estratégica y la floreciente agricultura debida a sus fértiles tierras.

Olivares en el entorno de la Peña de los Enamorados



Los Reyes Católicos concedían licencia a la ciudad para que esta cediera 700 varas de terreno en las que construir un monasterio bajo la advocación de San Zoilo. Fundaban la Real Colegiata de Sta. María la Mayor, primer templo que se concebió dentro del estilo renacentista en Andalucía, junto a los terrenos reconquistados a los árabes. Con el tiempo este templo dejaría de dedicarse al culto ya que por su situación no era  cómodo para los religiosos establecer allí su parroquia. Adscrita a la Colegiata surgía una Cátedra de Gramática y Latinidad. En 1573 aparecía una primera imprenta en el terreno conocido hoy como la Plaza de los Escribanos, junto a la Colegiata.

Plaza de los Escribanos. Colegiata de Sta. María

Una real Cédula de la reina Juana, a petición del personero de la ciudad D. Pedro Muñoz, se refería a la conveniencia del establecimiento de tiendas en la Plaza de San Sebastián y en el Portichuelo.

Plaza de San Sebastián

Capilla Tribuna en la Pza. del Portichuelo

Detalle de la Capilla

 

Sería el siglo XVIII cuando, al calor del florecimiento económico relacionado con el desarrollo de la industria textil lanera, numerosas congregaciones religiosas se asentarían en la ciudad, construyéndose numerosas casas, capillas e iglesias hasta convertir a Antequera  en una auténtica ciudad conventual. De las 33 iglesias de Antequera hemos visitado Sta. María la Mayor, San Sebastián, la iglesia del Carmen y las dos bellísimas muestras del barroco antequerano de iglesias blancas  y rizadas yeserías  tras sencillos exteriores: la iglesia del Convento de Belén y San Juan de Dios. Dejamos otras joyas para otro viaje, porque siempre se piensa en volver y aunque el paso del tiempo nos resta posibilidades, ¿Por qué no pensar en volver a Antequera y desde aquí acercarnos a conocer en primavera la Laguna de la Fuente de Piedra y sus flamencos, la localidad de Archidona, la Sierra de las Nieves o quizá recorrer el Caminito del Rey, reconvertido en atracción turística?

Nave central. Colegiata de Sta. María

Cristo del Mayor Dolor. Iglesia de San Sebastián

Iglesia del Carmen. Detalle del retablo

Yeserías en la cúpula de la Iglesia de Belén

Yeserías en la cúpula de San Juan de Dios
 
Voloviendo al siglo XVIII, también la nobleza antequerana realiza encargos de nuevos palacios y casonas de gran belleza engalanados por los artesanos dedicados a nutrir conventos y palacios, no solo en Antequera, sino en localidades vecinas y otras provincias. Es tal la riqueza monumental de Antequera que muchos de estos palacios se han reconvertido en sedes de instituciones: Ayuntamiento, Biblioteca, Museo, colegios... Desde la Oficina de Turismo los jueves se organizan recorridos por los palacios, pudiéndose acceder al interior de algunos de ellos.

Claustro del monasterio de San Zoilo. Biblioteca

Claustro convento de Los Remedios. Ayuntamiento

Palacio del Marqués de las Escalonías

 

Desde el Mirador Michael Hoskins, traspasado el Arco del Gigante que da acceso al recinto de Sta. María y la Alcazaba, se divisa la ciudad envuelta en una luz dorada en las horas de la tarde, su arquitectura popular blanca, salpicada de monumentos rojizos, una realidad  bellísima tan bien representada en el plano por el que viajé antes de llegar a Antequera.

Vista de Antequera desde el mirador M. H.

 

Dedicado a mi tío Amador Ruiz Rodriguez, maestro de fotógrafos, fallecido el pasado16 de noviembre.


Enlaces de interés:

https://turismo.antequera.es

https://conoceantequera.wordpress.com 

San Juan de Dios: https://seordelbiombo.blogspot.com/2018/03/san-juan-de-dios-antequera.html

El Efebo de Antequera: https://seordelbiombo.blogspot.com/2018/09/el-efebo-de-antequera.html 

El Portichuelo: https://www.somosmagazine.es/callejero-historico-de-antequera-viii-la-plaza-del-portichuelo/

lunes, 8 de noviembre de 2021

DESDE FRIGILIANA

https://www.youtube.com/watch?v=RDcb5NY0w2M 

Un nuevo paso para visitar Andalucía, tan lejana para nosotros. nuestro primer viaje a la provincia de Málaga con el fin de conocer Ronda y el Torcal de Antequera, antiguos objetivos.

Al ponerme en contacto con la Oficina de Turismo de la provincia, buscando consejo para este viaje de una semana, me sugieren visitar Frigiliana, Nerja, Antequera, Ronda, el Valle del Cobre, puesto que viajaremos en otoño, y la capital de Málaga.

Seguimos fielmente la propuesta y comenzamos el viaje en Frigiliana cuya existencia desconocíamos y que resulta ser considerado como el más bello pueblo de la provincia. El día en que iniciamos nuestro viaje, el suplemento El Viajero publicita uno de sus  hoteles. Está claro: Frigiliana existe y no es solo un marco para un paseo fotográfico sino un lugar para vivir y en el que hospedarse para desde allí conocer la Axarquía. Un lugar que cada año, el último fin de semana de agosto celebra el Festival de las tres culturas que aquí convivieron: cristiana, árabe y judía.

Telefoneo a su Oficina de Turismo pidiendo me envíen un plano del municipio y me comentan que el pueblo puede verse en una hora. Ante nuestra intención de visitarlo en domingo, me advierten que los fines de semana sus calles se llenan, si bien la afluencia de turistas en otoño es incomparable a la que inunda sus estrechas calles en verano. Y es que, a su fama como pueblo bonito, se une su localización a menos de una hora de Granada y de Málaga y a 15 minutos de Nerja.

Con esta información iniciamos el recorrido temprano, cuando el sol está todavía bajo y muchas de las encaladas calles permanecen en sombra. No disfrutaremos de esa blancura radiante e impoluta del mediodía pero nos sentimos turistas privilegiados que caminan por calles casi desiertas y se adentran en la intimidad de los rincones de este pueblo cuya arquitectura lo hace tan singular.

El casco histórico de Frigiliana es considerado por algunos como el conjunto aquitectónico popular de origen árabe más puro en la provincia de Málaga, principalmente en su Barrio Morisco o Barrio Alto, un conjunto de calles estrechas, sinuosas, empinadas, donde pasadizos, adarves y revellines forman un entramado urbano de pequeñas casas que se encaraman unas sobre otras.

Desde el 711 en que se inició la conquista musulmana de la península, toda esta comarca quedó bajo el poder del islam que introdujo grandes cambios en la agricultura: nuevos cultivos y sistemas de regadío.

Parece ser que los antiguos moradores convivieron con el pueblo musulmán a pesar de sus divergencias religiosas. Tras la conquista del Reino de Granada, la coexistenicia entre moriscos sometidos y cristianos acabó deteriorándose por el aumento de los impuestos a la población musulmana y por las restricciones a sus prácticas religiosas y sociales. Como en otras poblaciones, los moriscos de Frigiliana se levantaron contra la autoridad real. Su situación permitió que allí se refugiara un gran grupo de moriscos rebeldes en 1568. Tras su derrota fueron expulsados y en Frigiliana comenzaba una primera etapa de repoblación cristiana. Doce paneles de cerámica narran estos hechos en el Barribarto o Barrio Alto.

Con el plano en la mano busco calles tan sugestivas como  el Callejón del Inquisidor, el del Peñón, la Calle Zacatín, la Calle Alta, Amargura, Calle Hernando el Darra... y acabo dejándome llevar en este laberinto que no responde a un trazado premeditado sino que está formado por grandes manzanas comunicadas por calles en recodo, construcciones sencillas, yuxtapuestas en altura, adaptándose al terreno, con pasillos o recodos que no permiten más que acceder a un rellano que antecede a la entrada de las casas que convergen en este espacio o convertidos en pasajes para comunicar las calles al haber sido derribadas las casas a las que deban acceso. Calles donde el tendido eléctrico está siempre presente recorriendo las fachadas y el aire. Calles excesivamente engalanadas por sus vecinos y en la que no quedan restos de los baños o mezquitas que en otro tiempo existieron.


Para recorrer Frigililiana y su museo se necesita más de una hora y pasado el mediodía, cuando la luz resplandece en la cal, las calles empiezan a llenarse como cada fin de semana, mientras nosotros nos disponemos a continuar el viaje hacia la Cueva de Nerja, una visita obligada estando situada a 5 minutos en coche desde Frigiliana y siendo amantes de la geología. Cada cueva tiene un particular encanto: el color de los minerales, las distintas formaciones y cristalizaciones, los juegos de luces y sombras en pasillos y cavidades... en la Cueva de Nerja lo más espectácular es la columna de 45 metros de alto y 20 de diámetro, la más alta del mundo, situada en la Sala del Cataclismo.


 

Desde allí nos dirigimos a los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, una reseva litoral recorrida por senderos y donde dos torres vigía, la de Maro y la de Cerro Gordo, situadas a 15 kilómetros de recorrido en coche, marcan los extremos de esta reserva.

En el recorrido desde Málaga hemos contemplado este paisaje mediterráneo en el que la vegetación se adapta a la aridez de estas sierras donde desde siglos el influjo árabe permitió el cultivo en terrenos secos y escarpados que hoy ofrecen un mosaico de huerta, olivos y cultivos tropicales entre los que se encuentran pequeñas construcciones blancas y dispersas. Recuerdo el paisaje de la Alpujarra Almeriense y siento la proximidad de Africa.


 

Acantilados de Maro-Cerro Gordo


 

Torre de Cerro Gordo


 
Siguiendo los consejos recibidos, nos acercamos  a Nerja, una localidad por la que no tenía un interés particular en conocer quizá motivado por la empalagosa serie Verano Azul. A la belleza de su litoral se ha impuesto la de los acantilados de Maro. El Paseo de los  Carabineros que nos permitiría caminar entre rocas hasta la playa de Burriana está en reparación y en los tramos en que yo hubiera trazado un paseo marítimo que recorriera el litoral, este no existe. Encuentro cerrrada la ermita de las Angustias y  las calles del casco antiguo se hayan pobladas de tiendas y tenderetes para turistas extranjeros con el inconfundible y olvidado olor a cuero de los pueblos de veraneo.
 
Como todos los visitantes de Nerja nos  acercamos al Balcón de Europa. Africa queda invisible más allá de la bruma del horizonte.

Balcón de Europa


Balcón de Europa