lunes, 8 de noviembre de 2021

DESDE FRIGILIANA

https://www.youtube.com/watch?v=RDcb5NY0w2M 

Un nuevo paso para visitar Andalucía, tan lejana para nosotros. nuestro primer viaje a la provincia de Málaga con el fin de conocer Ronda y el Torcal de Antequera, antiguos objetivos.

Al ponerme en contacto con la Oficina de Turismo de la provincia, buscando consejo para este viaje de una semana, me sugieren visitar Frigiliana, Nerja, Antequera, Ronda, el Valle del Cobre, puesto que viajaremos en otoño, y la capital de Málaga.

Seguimos fielmente la propuesta y comenzamos el viaje en Frigiliana cuya existencia desconocíamos y que resulta ser considerado como el más bello pueblo de la provincia. El día en que iniciamos nuestro viaje, el suplemento El Viajero publicita uno de sus  hoteles. Está claro: Frigiliana existe y no es solo un marco para un paseo fotográfico sino un lugar para vivir y en el que hospedarse para desde allí conocer la Axarquía. Un lugar que cada año, el último fin de semana de agosto celebra el Festival de las tres culturas que aquí convivieron: cristiana, árabe y judía.

Telefoneo a su Oficina de Turismo pidiendo me envíen un plano del municipio y me comentan que el pueblo puede verse en una hora. Ante nuestra intención de visitarlo en domingo, me advierten que los fines de semana sus calles se llenan, si bien la afluencia de turistas en otoño es incomparable a la que inunda sus estrechas calles en verano. Y es que, a su fama como pueblo bonito, se une su localización a menos de una hora de Granada y de Málaga y a 15 minutos de Nerja.

Con esta información iniciamos el recorrido temprano, cuando el sol está todavía bajo y muchas de las encaladas calles permanecen en sombra. No disfrutaremos de esa blancura radiante e impoluta del mediodía pero nos sentimos turistas privilegiados que caminan por calles casi desiertas y se adentran en la intimidad de los rincones de este pueblo cuya arquitectura lo hace tan singular.

El casco histórico de Frigiliana es considerado por algunos como el conjunto aquitectónico popular de origen árabe más puro en la provincia de Málaga, principalmente en su Barrio Morisco o Barrio Alto, un conjunto de calles estrechas, sinuosas, empinadas, donde pasadizos, adarves y revellines forman un entramado urbano de pequeñas casas que se encaraman unas sobre otras.

Desde el 711 en que se inició la conquista musulmana de la península, toda esta comarca quedó bajo el poder del islam que introdujo grandes cambios en la agricultura: nuevos cultivos y sistemas de regadío.

Parece ser que los antiguos moradores convivieron con el pueblo musulmán a pesar de sus divergencias religiosas. Tras la conquista del Reino de Granada, la coexistenicia entre moriscos sometidos y cristianos acabó deteriorándose por el aumento de los impuestos a la población musulmana y por las restricciones a sus prácticas religiosas y sociales. Como en otras poblaciones, los moriscos de Frigiliana se levantaron contra la autoridad real. Su situación permitió que allí se refugiara un gran grupo de moriscos rebeldes en 1568. Tras su derrota fueron expulsados y en Frigiliana comenzaba una primera etapa de repoblación cristiana. Doce paneles de cerámica narran estos hechos en el Barribarto o Barrio Alto.

Con el plano en la mano busco calles tan sugestivas como  el Callejón del Inquisidor, el del Peñón, la Calle Zacatín, la Calle Alta, Amargura, Calle Hernando el Darra... y acabo dejándome llevar en este laberinto que no responde a un trazado premeditado sino que está formado por grandes manzanas comunicadas por calles en recodo, construcciones sencillas, yuxtapuestas en altura, adaptándose al terreno, con pasillos o recodos que no permiten más que acceder a un rellano que antecede a la entrada de las casas que convergen en este espacio o convertidos en pasajes para comunicar las calles al haber sido derribadas las casas a las que deban acceso. Calles donde el tendido eléctrico está siempre presente recorriendo las fachadas y el aire. Calles excesivamente engalanadas por sus vecinos y en la que no quedan restos de los baños o mezquitas que en otro tiempo existieron.


Para recorrer Frigililiana y su museo se necesita más de una hora y pasado el mediodía, cuando la luz resplandece en la cal, las calles empiezan a llenarse como cada fin de semana, mientras nosotros nos disponemos a continuar el viaje hacia la Cueva de Nerja, una visita obligada estando situada a 5 minutos en coche desde Frigiliana y siendo amantes de la geología. Cada cueva tiene un particular encanto: el color de los minerales, las distintas formaciones y cristalizaciones, los juegos de luces y sombras en pasillos y cavidades... en la Cueva de Nerja lo más espectácular es la columna de 45 metros de alto y 20 de diámetro, la más alta del mundo, situada en la Sala del Cataclismo.


 

Desde allí nos dirigimos a los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, una reseva litoral recorrida por senderos y donde dos torres vigía, la de Maro y la de Cerro Gordo, situadas a 15 kilómetros de recorrido en coche, marcan los extremos de esta reserva.

En el recorrido desde Málaga hemos contemplado este paisaje mediterráneo en el que la vegetación se adapta a la aridez de estas sierras donde desde siglos el influjo árabe permitió el cultivo en terrenos secos y escarpados que hoy ofrecen un mosaico de huerta, olivos y cultivos tropicales entre los que se encuentran pequeñas construcciones blancas y dispersas. Recuerdo el paisaje de la Alpujarra Almeriense y siento la proximidad de Africa.


 

Acantilados de Maro-Cerro Gordo


 

Torre de Cerro Gordo


 
Siguiendo los consejos recibidos, nos acercamos  a Nerja, una localidad por la que no tenía un interés particular en conocer quizá motivado por la empalagosa serie Verano Azul. A la belleza de su litoral se ha impuesto la de los acantilados de Maro. El Paseo de los  Carabineros que nos permitiría caminar entre rocas hasta la playa de Burriana está en reparación y en los tramos en que yo hubiera trazado un paseo marítimo que recorriera el litoral, este no existe. Encuentro cerrrada la ermita de las Angustias y  las calles del casco antiguo se hayan pobladas de tiendas y tenderetes para turistas extranjeros con el inconfundible y olvidado olor a cuero de los pueblos de veraneo.
 
Como todos los visitantes de Nerja nos  acercamos al Balcón de Europa. Africa queda invisible más allá de la bruma del horizonte.

Balcón de Europa


Balcón de Europa







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