lunes, 16 de octubre de 2017

EN EL CAPITOLIO


El monumento a Víctor Manuel II de Saboya, primer rey de la Italia unificada, oculta a la vista la monumental Piazza del Campidoglio. A la derecha de este controvertido monumento, Il Vittoriano, desde la Via del Teatro di Marcello accedemos al Capitolio, donde pervive la Antigua Roma. Il Campidoglio, primitivo asentamiento romano y sede de su más importante templo, el templo de Júpiter.

Monumento a Víctor Manuel. Piazza Venezia

Sobre los cimientos de lo que fue aquel primitivo núcleo, hacia el exterior, se puede ver uno de los edificios del Periodo Republicano, el Tabularium, donde se conservaban las leyes y documentos públicos estatales. Desde la galería se tiene una magnífica vista sobre el Foro.

El Tabularium desde el Pórtico de los Dioses Consejeros en el Foro
El Tabularium desde el Teplo de Vespasiano en el Foro
El Tabularium al final de la Via Sacra en el Foro
Imagen del Foro desde el Tabularium

Del siglo II después de Cristo quedan restos de una ínsula y sobre los restos de lo que fue esa amalgama de edificios privados y públicos (templos, cárceles, cecas...), el contínuo destruir y reconstruir de la Historia nos ha dejado el templo de Santa María in Aracoeli, cuyo origen cristiano se remonta al siglo VI, y la Piazza del Campidoglio.

Dos espectáculares escaleras nos conducen hasta allí: la medieval escalera Aracoeli y a su derecha la renacentista Cordonata, proyectada por Miguel Ángel. Los cinéfilos recordarán el momento del primer encuentro de Hayley, la hija de Woody Allen, con el que será su prometido, Michelangelo, en la película A Roma con Amor.

Escalera Aracoeli
Via del Teatro di Marcello desde la escalera Aracoeli
La Cordonata

La Piazza del Campidoglio fue el encargo del Papa Pablo III a Miguel Ángel para crear una plaza digna del papado, la primera plaza moderna, ante la visita de Carlos V. Accedemos a la Roma Antigua, presente en las estatuas de los ríos Nilo y Tiber, ante el Palazzo Senatorio, sede actual del Ayuntamiento de la ciudad de Roma, adentrándonos a los Museos Capitolinos repartidos en dos edificios: el Palazzo del Conservatori y el Palazzo Nuovo, unidos por un pasaje subterráneo dedicado a la exposisción de lápidas que con tanto entusiasmo nos explica Mary Beard en sus documentales.

Escultura del Río Nilo ante el Palazzo Senatorio
Río Tiber
Piazza del Campidoglio. MIguel Ángel

Siempre he considerado absurdo fotografiar el contenido de un museo, especialmente si se trata de pintura. Hoy día los museos nos proporcionan, a través de Internet, reproducciones mucho mejores que las que podemos realizar con nuestras cámaras de turistas. Pero hay tres museos ante los que no he podido resistirme: el museo de Rodin cuando visité Paris por primera vez, más tarde el museo de Arte Romano de Mérida, al que considro el espacio expositivo más bello que conozco (https://www.youtube.com/watch?v=nJPVg3vdEjU&index=15&list=PUq0Rz1MIIxEgJaK3CVNrQjA) y en este viaje, los Museos Capitolinos.

Aquella característica de la escultura romana estudiada hace tanto tiempo, su realismo, se hace patente frente a estos retratos de filósofos, emperadores, seres mitológicos, ciudadanos anónimos que me transmiten todo un arco de emociones, desde la inocencia infantil hasta la cólera y el dolor más impotente de la vejez. La cámara me permite vencer el pudor de acercarme a la intimidad de esta piedra viva. Emocionada, salgo de la visita con el firme propósito de ser fiel a mis principios y no hacer ni una sola foto al visitar los apabullantes Museos Vaticanos.


El Espinario
Galata Moribundo

Al volver de este viaje vemos una vez más la película La Grande Bellezza, de Paolo Sorrentino, con la intención de reconocer en ella los lugares que hubiéramos visto en nuestro viaje. Una vez más me rindo ante la magia del cine. En un momento de la película se observa el ojo de una cerradura, la cerradura del Priorato de los Caballeros de Malta, y accedemos al jardín que enmarca la cúpula de la Basílica del Vaticano. Después, un misterioso caballero que posee le chiavi dei più belli palazzi di Roma, nos acompaña a una galería llena de esculturas, que en los visionados anteriores a este viaje tomé por un palacio privado y su colección de arte. Reconozco ahora estos museos, mágicamente iluminados en la noche por una lámpara trasportada en la mano, mientras se escuchauna composición musical bellísima: Water from the Same Source de Rachel´s. https://www.youtube.com/watch?v=ZJzBPswjDW0


En este lunes 16 de octubre de 2017, con el corazón encogido, me queda la Gran Belleza y poco más.

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