Todos mis viajes comienzan mucho antes de desplazarnos: la elección del destino, la planificación de las visitas, busqueda de alojamiento, el recorrido imaginado sobre calles dibujadas en los planos de ciudades desconocidas y con las que progresivamente me voy familiarizando antes de llegar, el repaso-en algunas ocasiones- del inglés o el francés...
Hoy inicio un nuevo viaje cuyo destino no había programado. Cumplo 56 años y mi marido me ha abierto este blog. Mi primera reacción es de rechazo, como tantas veces frente a cualquier tipo de regalo. Es algo nuevo y me surgen muchas dudas respecto a mi capacidad de comunicar sinceramente mis experiencias en los viajes o ante la posibilidad de dedicar tiempo a una actividad que tendré que quitar del destinado a otras aficiones.
Pasan algunas horas y siento que me interesa, me conviene. Nos hacemos mayores. Perdemos tantas capacidades...Esto realmente me da miedo. Escribir me puede ayudar: un pequeño esfuerzo que trascienda más allá de la acumulación de imágenes que traigo de cada viaje, mientras tantos nombres se olvidan.
Hoy hemos enterrado a una de mis tías. Mi hijo pequeño vuelve a Madrid después de Navidad. El mayor regresa a Estonia el próximo martes. No volverá hasta el verano.
¡Tantos viajes..., imprevistos, programados...!
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